El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha reaccionado al anuncio de su acusación en el caso Tsunami Democrático como un ejemplo de “golpe de Estado” permanente, en una decisión judicial que desde el independentismo se lee como la demostración de que una La guerra judicial existe -“guerra legal«- contra el secesionismo
“¡Vamos a por ellos!” para no perder la costumbre. Es el golpe de Estado permanente lo que tanto les gusta revivir, ya sea con sables o con togas. Mientras no cierren la puerta que abrió el rey con el discurso del 3 de octubre“Siempre sentirás el hedor de la alcantarilla”, anotó el fugitivo en la cuenta X.
“¡Vaya por ellos!”, pero no perderé la costumbre. Es el policía de Estado permanente que a tanta gente le gusta volver a visitar, siguiendo ambos sables o siguiendo ambas lenguas. Mientras no sepas la puerta que va a abrir el rey en el discurso del 3 de octubre, siempre sentirás el pudor de un clavo. https://t.co/StZy1SXXoj
— krls.eth / Carles Puigdemont (@KRLS) 6 de noviembre de 2023
También Izquierda Republicana ha reaccionado a las acusaciones del Tsunami, asegurando que se trata de “la reacción previsible y antidemocrática de los poderes reaccionarios del Estado contra la ley de amnistía”, en un caso que consideran construido con “intenciones políticas”. “De hecho, esta reacción desesperada es un claro indicador de la calidad y alcance de los acuerdos sellados hasta ahora por Esquerra Republicana”, apunta el partido.
«Es cuando Cataluña avanza políticamente cuando llegan los poderes represivos del Estado y despliegan todos sus tentáculos para sabotear acuerdos democráticos. Es una clara reacción causa-efecto, un movimiento que es a la vez predecible y aberrante. Y demuestra también el éxito de Esquerra Republicana al introducir la causa del Tsunami Democrático en la amnistía”, añade el grupo.
En plena negociación, y a pocos días de haber cerrado el acuerdo con el PSOE, ERC se reafirma “en la necesidad de que esta herramienta avance en términos de lucha antirepresiva contra causas persecutorias para combatir la independencia democrática. La CUP se ha pronunciado en la misma línea.