La Ribeira Sacra abrió un millar de plazas hoteleras en la última década



Si todas las plazas hoteleras de Parada de Sil estuvieran ocupadas en fin de semana (421), habría casi tantos turistas como residentes en la zona (531). Este ejemplo es el Fiel reflejo del auge de la Ribeira Sacra Ourensana ha experimentado en los últimos años un turismo de interior que busca reforzarse con el reto de ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las exigencias son múltiples y la candidatura se ha reactivado tras deficiencias detectadas por el organismo internacional. Un congreso pretende ahora promover la lucha de este paisaje cultural para ser Herencia mundial. Expertos de todo el mundo debaten sobre territorios valiosos en el Parador de Santo Estevo (Nogueira de Ramuín), uno de los municipios implicados en el éxito turístico: en los 10 municipios analizados las plazas hoteleras casi duplican las que había hace una década. Sólo desde la pandemia, cuando el sector atravesaba sus momentos más duros, se han puesto a disposición casi medio millar de plazas más.
El ministro de Cultura, Román Rodríguez, participó ayer en el congreso internacional que pretende reactivar la candidatura, en la posada Santo Estevo. Recordó que el proyecto de Ribeira Sacra “tiene un altísimo significado social y económico” y aludió al descenso demográfico, “una pérdida profunda en este territorio, que requiere estímulos de desarrollo para involucrar a la sociedad civil y cambiar esa tendencia”.

Cronología

En 2018, la Xunta declaró Bien de Interés Cultural (BIC) el territorio de la Ribeira Sacra, que incluye 22 concejos (10 de Ourense y 12 de Lugo). Este reconocimiento fue el paso previo para aprobar la candidatura a la Unesco, objetivo que empezó a consolidarse en 2019. El análisis de las plazas hoteleras de los diez municipios ourensanos implicados permite comprobar el peso que ha ido ganando el turismo en el territorio. En este punto vale la pena recordar que El BIC no incluía otros tres municipios de la provincia que ya forman parte del geodestino Ribeira Sacra.: Manzaneda, Chandrexa de Queixa y Pereiro. Sin embargo, ciñéndonos a los municipios implicados en la candidatura, el análisis se centra en la evolución de las plazas hoteleras en Castro Caldelas, Esgos, Montederramo, Nogueira de Ramuín, Parada de Sil, A Peroxa, A Pobra de Trives, San Xoán de Rio , A Teixeira y Xunqueira de Espadanedo.

Después del covid

El incremento exacto de plazas hoteleras (entre las que se incluyen modalidades como hoteles, hostales, apartamentos, albergues…) es de 1.026 en la última década. Llama la atención, sin embargo, que desde 2019, cuando la epidemia paralizó el sector, los municipios ourenses de la Ribeira Sacra aumentaron 439 plazas hoteleras.

El crecimiento más rápido es el de Parada de Sil. hHace 10 años apenas contaba con 56 camas, ahora hay 431, siete veces más. Pero desde 2019, este municipio ha sumado más de un centenar de plazas. De hecho, el municipio con más plazas de las 10 indicadas es A Pobra de Trives (862), sin embargo, es el que menos está evolucionando, ya que hace una década ya contaba con 694 plazas y desde la pandemia ha incluso Perdidas: hay 66 camas menos que en 2019.

Nogueira de Ramuín es el siguiente municipio con más plazas (ofrece 402 plazas, 126 más que en 2013).

En Castro Caldelas, han rentabilizado considerablemente el boom turístico: Hay más del doble de plazas que hace una década, llegando a 202.

Teixeira, uno de los municipios más pequeños, multiplicó por cinco sus opciones de alojamiento, pasando de 27 plazas a 130.

En Xunqueira de Espadanedo se ofertan el triple de plazas que en 2013, hasta 32. También se multiplica por tres en Montederramo, que pasa de 35 a las 86 actuales.

El resto de ayuntamientos consiguen duplicar sus camas: es el caso de Esgos, que pasa del 11 al 21; A Peroxa, del 43 al 79 y, en menor medida, a San Xoán de Río, que ofrece 37 puestos frente a los 19 que había hace una década. De hecho, Río es el único otro municipio de Ourense que ha bajado el número de camas -junto a Trives- respecto a antes de la pandemia, y lo hace mínimamente: en 2019 había 38 camas, sólo una más que hoy. El sector turístico sigue expandiéndose hacia el interior de Ourense.

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