Puigdemont ya tiene quien le escriba


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Los pasos y el desenlace del pacto del PSOE con Junts subrayan hasta qué punto Sánchez se inclinó ante el prófugo: iniciativas inesperadas al precipicio legal

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.
Carlos Puigdemont.julien warnandEFE

En la desierta capital de agosto no faltaron políticos este año. Los nacionales, que ni los gobernantes de Madrid ni sus propias fiestas vinculan a la ciudad. De hecho, tratan a los castizos con tal aprecio que la actuación estelar del viernes de San Lorenzo en Lavapis fue un grupo homenaje: 500 noches. sabina en las venas. Ni siquiera eran los suplentes titulares en la transcripción de ser Joaquín, Noches de Sabinera, sino una banda que remontó escombros entre recurrentes apelaciones a la cantaora que vive a 550 metros del escenario de las fiestas, a seis minutos andando por el Mesón de Paredes. Soñar que Sabina se escuchaba a sí misma y se ponía la bata para participar o callar era la mejor fantasía de agosto hasta Pedro Sánchez él hizo lo suyo.

Para seguir entre los santos, La Paloma se recogía, el 15 de agosto, cuando Ferraz comunicaba, a última hora de la tarde: “El PSOE propondrá francina armengol para la Presidencia del Congreso”. Esa noticia adelantó El periódico 24 horas antes. Y cinco días antes, EL MUNDO informaba: “El PSOE busca un candidato a presidente del Congreso al que le guste el nacionalismo”. Ferraz llegó a certificarlo con crudeza, en una nota oficial: “Armengol representa la apuesta por la convivencia basada en el diálogo (perdones del procesos) y es también un ejemplo de país que convive con naturalidad en la riqueza que representan las diversas lenguas que se hablan en España”.

El PSOE informó de una propuesta ante la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal a la que le correspondía proponer y explicó los motivos de forma descarnada. Fueron necesarias 36 horas para saber el porqué de esa urgencia y esa sinceridad. El PSOE, el 15 de agosto, no informó a la sociedad ni a la militancia de la elección de Armengol, ni siquiera a los miembros de la Comisión Ejecutiva, para que supieran qué anunciar. Ferraz escribió de manera angustiosa a carlos puigdemont. Fue su partido, Junts, quien dio a conocer, la madrugada del 17 de agosto, que una de sus condiciones era que la persona que presidiera la Cámara fuera “sensible” con Cataluña. Sánchez cumplió este imperativo con el comunicado del día 15. Otra demanda de Junts fue: “El catalán en el Congreso”. Y Armengol lo concedió en su primer discurso. La derecha alertó durante años del bolivarianismo y llegó el día: “Desde esta misma sesión constitutiva (se podrán utilizar las lenguas cooficiales)”, proclamó el expresidente balear en pleno Happening, que horas después aclaraba: ella habrá que hablarlo previamente con los grupos, valorar cómo llevarlo a cabo y en qué casos, según el Reglamento vigente o según su modificación.

El principio de acuerdo publicado por Junts incluía un tercer apartado referido a la lengua, la petición a la UE del uso del catalán en las instituciones comunitarias, y una nota, sin precisar a qué punto se refería: “Quedan algunos flecos”. Los “flecos” nos devuelven a Sánchez. ¿Con quien esta hablando? ¿Para quién escribe?

El miércoles se reunió por primera vez con sus diputados. Y cuando llevaba hablando 19 minutos y 16 segundos, reveló: “Quiero hacerles el anuncio…”. Se llevó la quinta aclamación tras prometer: “Vamos a promover su uso (de las lenguas cooficiales) en las instituciones comunitarias”. No habló por sus parlamentarios, habló por Puigdemont, ya que sólo el ex Presidente y los negociadores sabían de qué. En las semanas anteriores, yolanda diaz revivió la cuestión catalana, pero limitada al Congreso. ¿Los Estados unidos? Antes de mencionar a Sánchez, a nadie se le escapó esa reivindicación de Junts ni un interés del PSOE en ella. No fue difícil interpretar que el anuncio del presidente fue un guiño in extremis a Puigdemont. Pero resultó más interesante comprobar que ni la palabra “compromiso” ni la primera persona -“que voy a desplegar durante la presidencia de la UE”- eran suficientes. Esa mañana, el prófugo había exigido “hechos comprobables” para dar su voto. Sánchez debió pensar: ¿Qué mejor “hecho” que mi “compromiso” público? No me llevó mucho tiempo darme cuenta de que su palabra no vale nada para un fugitivo. Su promesa en el Congreso no logró romper la resistencia en Waterloo.

Cuando El periódico Adelantó el acuerdo PSOE-Junts en principio a las 7.46 horas de este jueves, un matiz que pendía “de unas comprobaciones, en relación con un fleco que no se ha informado”. “Flecos”, insistió Junts al confirmar el preacuerdo al resto de medios. Y se corrige la “franja”, según El periódico, eldiario.es…, a las 8.12, cuando el ministro José Manuel Albares registró, por escrito, ante la UE, la petición que Sánchez aventuró 20 horas antes. Puigdemont pontificó: “Ya es un hecho, no una promesa”.

Moncloa se resistió a convertir la promesa en carta sabiendo que, al menos, excedía los límites legales para un Gobierno de turno. Eran tan conscientes que buscaron la coartada de una “consulta” con la Abogacía del Estado, “satisfactoria”, presumen, sin desvelar el contenido exacto de la consulta de Exteriores ni los fundamentos jurídicos que habría aportado la Abogacía.

Para resumir que “Snchez empieza la legislatura con Puigdemont por encima de la ley”, denunció Ferraz: la portada de elmundo.es es una “mentira”. Ellos saben lo que están hablando. En su denuncia pública (X) adjuntaron consejos de buen periodismo: el imitador del grupo tributo corrigiendo la voz de lija de Sabina que la hace diferente.

Lo niego todo es el último disco de Sabina. Y el libro posterior aclara desde el título: Incluso la verdad.

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