Además del riesgo de que la casa se derrumbe y de los problemas de trato, La maleza y la basura lo invaden todo.. “Como hay fuego, arde sin fin, es un peligro para todos. ¿No te das cuenta?” Se lamenta Rosa. Pero hay más. El edificio está situado a escasos metros de la guardería que se abrió para los hijos de quienes trabajan en la Ciudad de la Justicia de Vigo, lo que hace que el problema sea aún mayor. “Hay muchos niños en la zona”, denuncian.
Rosa, que además de vecina de la zona, es propietaria de una cafetería en el barrio de la que prefiere no revelar su nombre para evitar problemas con los okupas, explica cómo un hombre que había sido apuñalado varias veces entró recientemente en su negocio “pidiendo servilletas para tapar las heridas”. Ofrecieron ayuda y también llamaron a la policía, pero cuando llegaron los agentes, el herido ya se había dado a la fuga. Y eso suele pasar siempre cuando llaman a las autoridades: desaparecen.
Los dueños del narcopiso Son varios los herederos que no llegaron a un acuerdo con la propiedad y la abandonaron. La policía aparece con frecuencia en la farmacia, pero poco puede hacer contra quienes siembran el caos en el vecindario. Así que los vecinos se han puesto en contacto con el Ayuntamiento de Vigo para pedirles que tomen cartas en el asunto, aunque, de momento, sin éxito.
El peleas, la venta de drogas, los conflictos entre okupas y la basura que acumulan se han convertido en algo habitual en esta zona de la ciudad, por donde también pasan cada día muchos niños. Un peligro para todos los vecinos que viven, además, asustado por la violencia con el que actúan estas personas.