Luis Fernández “Cochorro”, cuando el artista da título a su exposición



Luis Fernández, Cochorro, expondrá, después de 10 años sin hacerlo, en el Centro Cultural Marcos Valcárcel de la capital ourensana. Ya tiene fecha, el próximo 29 de noviembre, aunque el lanzamiento, admite, le ha pillado un poco de improviso. “Normalmente estas exposiciones se preparan con meses o años de antelación, pero Esta vez fue en menos de un mes.; “Ven el pez a finales de noviembre”, dice, con esa risa peculiar suya, con la que adorna todas sus conversaciones. Cuando se le pregunta cuál es el motivo de esta vez el título de la exposición, Cochorro sigue sonriendo: “Me dijeron que porión o meu nome de momento”. Y es que Valdeorrés de Rubiá ya no necesita reclamo. “Como llevo más de diez años exponiendo, era hora de volver a la capital”, continúa explicando.

Pese a la celeridad en la organización, Cochorro tiene muy claro qué piezas quiere que estén presentes en la sala que finalmente le asignan en el centro cultural. “Veréis peces que se exponían en Pontevedra y San Lorenzo de Santiago, pero habrá algún trabajo nuevo“, dice, “de hecho, hay alguna pieza que suma a este remate”. Fernando Ferro será quien añada texto a cada una de las obras del artista, algo que además hará en un tiempo récord.

Madera

La evolución del artista se observará en esta exposición, especialmente en lo que respecta al propio paso del tiempo. Cochorro dice que “te pesan los anos” y con ellos también pesan los pedazos de piedra. “Antes rompía piedras y las arrojaba para romperlas, y ahora coller como peces xa traballadas me costó ben“, explica. Ese será el principal motivo por el que el material más utilizado en esta ocasión, al contrario de lo que estamos acostumbrados, será la madera. “El material realmente para mí no es importante, o la obra es la misma que la escultura”. , se necesita la misma piedra que la madera”.

Del conjunto escultórico que se puede contemplar en la capital, Cochorro se muestra especialmente orgulloso “de los peces duas, figuras de duas yacentes, que hacen un ano en mármol blanco”. Dice que normalmente “te tiene que gustar porque no darías por terminado el trabajo si no terminara así”, pero Siempre hay un día en el que te sientes más orgulloso.”. Y su obra es tan extensa que a veces su memoria no puede almacenar todo lo que sí contienen las estanterías de su taller. Tanto es así, que cuando recibe el llamado para exponer, confiesa que A veces encuentras piezas que no sabías que alguna vez creaste.. “A veces cuando los destapo para limpiarlos me sorprendo un poco porque no funcionan cuando los arreglan. Se guardan bajo un plástico que los cubre para protegerlos y así no se pueden ver. Cuando lo descubrí, pensé: “¿De dónde vino esto?” dice, riendo de nuevo.

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