El tortuoso camino a la gloria de España, la nueva campeona del mundo



La selección española femenina ha dejado su huella en la historia. Los 23 jugadores se proclamaron campeones del Mundo de Australia y Nueva Zelanda y, por primera vez, subieron al podio mundialista tras una hoja de ruta intachable marcada por superación tras superación y logro tras logro.

En una trayectoria en la que obtuvo récords históricos consecutivos, La Roja asombró al mundo en las últimas semanas con su hermoso juego y el equilibrio perfecto entre atrevimiento, técnica, fiereza y talento.

“Hemos demostrado que somos capaces de competir y ganarle a cualquiera”, anunció Irene Paredes desde Palmerston North, sede de La Roja en la fase de grupos.

Y así lo comprobó. Por primera vez, los españoles fueron más allá de los octavos de final, superando a Suiza en octavos de final. Inmediatamente vencieron en semifinales a Suecia, un rival que nunca había ganado históricamente. Finalmente, consiguió un puesto en la final y se proclamó campeón absoluto del mundo tras vencer a Inglaterra en el último Mundial.

tensiones previas

El conjunto rojo aterrizó en las antípodas en medio del desenvolvimiento provocado por las tensiones de varios de los jugadores con el técnico Jorge Vilda, que estremeció el corazón de la Federación de Fútbol.

Tres de estas jugadoras -Aitana Bonmatí, Mariona Caldentey y Ona Batlle- regresaron a la selección y, si aún quedaba algún rastro de molestias, no se reflejó en el césped. Con profesionalidad, valor y determinación, Los 23 jugadores se unieron en torno a un objetivo común que tenían muy claro desde el primer día: ganar la Copa del Mundo.

“Si todo lo que hemos pasado era necesario para ser campeones del mundo, es válido”, dijo Vilda en rueda de prensa tras conquistar el título.

En una actuación impecable, Aitana, elegida mejor jugadora del Mundial, demostró que el pasado es pasado y fue el hilo conductor que guió al equipo hasta lo más alto del podio. Y lo hizo con confianza y serenidad, a pesar de toda la presión -a veces acoso- de una prensa ávida de buscar la polémica, sobre todo extranjera.

El esperado debut, en el que los españoles se impusieron 3-0 a Costa Rica, supuso un cierto alivio y anunció que España, si conseguía alcanzar su mejor forma, llegaría lejos en la competición. Unas sensaciones que se confirmaron en el segundo partido, ante Zambia y que La Roja se impuso por 5-0.

Y luego vino el éxito de Japón. Una España que empezaba a tomar vuelo se vio fulminada y cayó 0-4 ante la selección japonesa, su primer gran rival y cuya derrota volvió a hacer saltar las alertas. Era la prueba de fuego que decidiría el éxito o el fracaso en lo que quedaba de campeonato.

“Sé que hay gente que está esperando el error de España”, dijo Jenni Hermoso a los periodistas al reconocer los errores ante Japón, al tiempo que reafirmó enfáticamente que el equipo seguía con la misma ilusión.

A continuación, jugadores, entrenador y cuerpo técnico abrazaron el discurso “Ni tan bien ayer, ni tan mal hoy”, cerraron filas y demostraron que el fútbol habla más fuerte.

“Somos una selección de jugadoras que rápidamente se convirtió en un equipo, un gran grupo y ahora mismo somos una gran familia que se ha convertido en campeona del mundo”, atestigua Vilda.

PUTAS EN UN PAPEL SECUNDARIO

Una de las grandes expectativas de este Mundial era el regreso de Alexia Putellas a los terrenos de juego tras prácticamente una temporada de baja por una grave lesión en la rodilla.

Aunque sumó minutos y disputó los siete partidos de este Mundial, el doble Balón de Oro se ha resignado a un papel secundario y ha optado por mantener un perfil bajo, al menos ante la prensa. Ella fue la única jugadora del equipo que nunca habló con los medios durante el torneo de la Copa del Mundo.

Lo hizo por primera vez este domingo, cuando dedicó unas palabras en la zona mixta.

“Está claro que donde todos somos más felices es jugando sobre el verde, pero eso es el fútbol” y “para mí algo que es clave es el respeto entre nosotros, el compañerismo”, dijo el dos veces Balón de Oro en el mixto. zona.

A lo largo del torneo, la centrocampista asumió su rol y respetó las jerarquías establecidas en la selección durante su ausencia. Pero a pesar de la importante reducción de su imagen mediática, en su vestuario se mantuvo firme como un referente, con muchos de sus compañeros alabando su figura de capitana sin brazalete en la camiseta.

Abelleira y Paralluelo

Sin, por un lado, se veía menos a Alexia, por otro, el Mundial de Australia y Nueva Zelanda sirvió de plataforma para impulsar el talento de varias jóvenes promesas del fútbol español, entre las que destacan la centrocampista pontevedresa Tere Abelleira y la destaca la lateral Salma Paralluelo.

Partido tras partido, Tere fue consolidando su posición hasta convertirse en una pieza clave en el núcleo del equipo de Vilda. La gallega dio la asistencia a Olga Carmona para marcar el segundo gol español en la semifinal con Suecia, que aseguró el pase a la primera final mundialista de la selección.

Ya el ‘terremoto Paralluelo’ destacó especialmente en la recta final del torneoen el que marcó dos goles clave y firmó una actuación que le dio, con 19 años y solo una temporada en el fútbol profesional, el galardón a mejor jugadora joven de este Mundial que ya es historia e histórico.

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