siete años y medio de prisión por abusar sexualmente y humillar a su compañera de trabajo durante siete años


«Me he obsesionado contigo«. “Sí o sí vas a ser mía”. Durante Siete años aprovechaban momentos de soledad y en lugares donde no podían ser vistos para abusar sexualmente de su compañero de trabajo en un supermercado de la capital burgalesa. La acechaba en la cámara frigorífica, en el vestuario o en su almacén, ignorando sus súplicas para que se detuviera e incluso se burlaba de ella porque lloraba impotente sin parar. Su sentimiento de vergüenza la paralizó durante años hasta que “no pudo soportarlo más”. Fue despedido y ahora condenado a siete años y medio de prisión.

En 2012, ambos empezaron a trabajar en la carnicería de un supermercado. Poco después, durante su jornada laboral, aprovechaba momentos en zonas no visibles para el resto de trabajadores y, con el objetivo de satisfacer sus deseos sexuales, la tocaba, que comenzaba por encima de su ropa, y luego llegaba hasta para insertar uno de sus dedos en ella. la vagina de la mujer sin su consentimiento y atendiendo a sus súplicas de no hacerlo o de detenerlo, según la sentencia del Audiencia Provincial de Burgos.

Sintiéndose “avergonzada de lo que estaba pasando y con miedo de que la situación pudiera influir en su vida familiar” (estaba casada y tenía tres hijos) decidió no contarlo y “Soportó con la esperanza de que terminara”. Después de un período de baja por enfermedad, ella se quedó con él antes de regresar para hablar y convencerlo de que dejara de hacerlo. Sin embargo, lejos de aceptar la negativa de su colega, también la atacó fuera del trabajo.

Sucedió cuando ella fue a su departamento, donde él le había dicho que iba a estar su hijo. No era cierto y aprovechó, nuevamente, su soledad para, en una de sus habitaciones, empujarla, tirarla sobre la cama y tocarle los senos e introducir su dedo en su vagina.

Después de eso, “no aguantó más” y se lo contó a una amiga, quien le aconsejó presentar la correspondiente denuncia, que formalizó ante su marido ante recursos humanos -fue despedido- y unos meses después ante la Policía. En él, ella narró cómo, Además de haber sido tocada contra su voluntad, la había sometido a continuas humillaciones. habitualmente le decía expresiones como llamarla “la magdalena” porque lloraba mucho por los acontecimientos que estaba sufriendo, diciéndole que “tienes todo dado, claro, teniendo tres hijos que vas a esperar”. “, “qué desperdicio de tetas tienes” o pasarse el dedo con el que había abusado de ella por la nariz.

La sentencia considera los hechos constitutivos de abuso sexual continuado, por lo que le impone siete años de prisión, además de un segundo delito contra la integridad moral, en forma de trato degradante, por el que le impone otros seis meses de prisión. Además, no podrás comunicarte ni acercarte con ella durante un periodo de trece años y tendrás que asumir una indemnización de 30.000 euros por daños morales y psicológicos causado a la víctima.

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