El Grupo II de la Sección de Localización de Prófugos ha detenido recientemente a uno de los butroneros más buscados que huía de la justicia. Se trata de José Antonio Navarro Jiménez, un español de 37 años. Este sujeto era buscado y capturado desde 2019, cuando comenzó a esconderse. Ha sido encontrado en casa de unos familiares en el barrio de Villaverde.
El policia nacionalSabía que en esa zona del sur de la capital se escondía Navarro Jiménez, con un historial de más de 50 delitos a sus espaldas. La lógica hacía pensar, sin embargo, que habría visitado otras casas antes. Pero había un inconveniente extra: su entorno más cercano también es criminal y él era muy violento en cualquier planteamiento. No quisieron dar información sobre José Antonio y le dieron cobertura.
Los agentes de la comisaría de Usera-Villaverde rara vez vieron al objetivo salir de su guarida. De hecho, lo hacía en contadas ocasiones y siempre montado en un patinete eléctrico, como si intentara burlarse de la vigilancia que tenía sobre él.
Lo complicado fue determinar en qué piso se alojaba concretamente, para poder solicitar la orden judicial de ingreso y registro. Esta información se obtuvo gracias a una de esas ‘tronchas’ (vigilancia discreta, en jerga) que realizaban los investigadores. Vieron a José Antonio y su esposa, Jennifer, mirar por la ventana, y así pudieron verificar el plano y la escritura del inmueble en cuestión.
El acusado fue perseguido por seis demandas procedentes de juzgados de las provincias de Toledo y Madrid, las dos provincias, probablemente, por las que más se mueven aluniceros y butroneros como Navarro. De hecho, en su época de asaltos a empresas acompañó a Francisco Javier MS, conocido como ‘Niño Sáez’, el más mediático de la época. Este delincuente, que arrasó joyerías y tiendas de telefonía, también fue investigado por el robo de más de 100 kilos de cocaína del depósito judicial de Málaga; Sin embargo, fue asesinado en mayo de 2017 antes de ser juzgado.
Navarro Jiménez pertenece a un clan español que se asienta, sobre todo, en las inmediaciones de la calle Vieja de Pinto, vía en la que se encontraba la casa donde se escondía. La red familiar del sujeto es muy extensa y tremendamente problemática. Por lo que una vez localizado el prófugo, los perpetradores solicitaron que participara en la detención.
Los agentes solicitaron orden de entrada y apoyo a las Unidades de Intervención Policial debido a la alta conflictividad en la zona. Una vez dentro de la casa, encontraron al hombre escondido en la habitación de su propia hija, una niña, debajo de una cama y cubierto por mantas. Fue el patético epílogo de más de cuatro años de fuga.
Los policías nacionales de la sección especializada, por su parte, localizaron en la casa un cuarto habilitado para el cultivo de marihuana, con maquinaria y aislamiento térmico, mientras el prófugo explicó que ya había vendido todo para sustentarse.