La Fiscalía pide la absolución de los 6 policías de la patada en la puerta durante la pandemia


La Fiscalía Provincial de Madrid solicita la absolución de los policías que, siguiendo órdenes de su jefe de grupo, derribaron la puerta de un piso de la calle Lagasca donde se celebraba una fiesta durante el estado de alarma, en marzo de 2021. Considera que los cinco policías actuaron en cumplimiento de su deber y, en cuanto a su jefe, no hubo delito porque actuó en el entendido de que la decisión era legal y no existe delito de allanamiento de morada por imprudencia. Fue de lo que se les acusó a todos al inicio de la investigación.

El documento, de cara al juicio con jurado que se celebrará a partir del lunes, informa que sobre la una de la madrugada del 21 de marzo se requirió la presencia policial por una fiesta que violaba las restricciones del estado de alarma y, en concreto, la prohibición de reuniones de personas no convivientes en espacios privados.

A raíz del aviso, cinco policías se personaron en el inmueble junto a otro agente que actuó como jefe del operativo. Una vez allí conocieron cómo, en realidad, se estaba celebrando una fiesta “ya que desde las zonas comunes del edificio se escuchaba ruido de música y voces”. Dicha vivienda, según la Fiscalía, tenía aspecto exterior de vivienda turística “por las características del sistema de apertura con llave magnética”.

El jefe del operativo exigió a las personas que se encontraban en el interior del edificio que salieran “a identificarse por haber vulnerado las restricciones establecidas a raíz de la declaración del Estado de Alarma”, pero durante casi 45 minutos, quienes se encontraban en el interior se negó a responder a la solicitud.

El “crimen flagrante”

Fue entonces cuando, “actuando con el pleno convencimiento de que estas personas estaban cometiendo un delito flagrante de desobediencia a la autoridad”, el jefe del grupo entendió que esa circunstancia le habilitaba para acceder al interior del inmueble, a pesar de que uno de las personas allí presentes le dijeron que era necesaria autorización judicial para acceder al interior. Sus subordinados no lo cuestionaron porque la orden provenía de un superior jerárquico.

Primero intentaron abrir la puerta mediante el método deslizante, posteriormente desmontando la cerradura y, “ante el fracaso de estos dos intentos”, finalmente mediante un ariete consiguieron derribar la puerta y acceder al interior donde se produjo la detención. . de las personas que se encontraban allí, “a excepción de aquellos que manifestaron que querían abrir la puerta a petición de la policía”.

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