El portavoz del ala militar de la Jihad Islámica, Abu Hamza, que lucha junto a Hamás contra Israel en la Franja de Gaza, afirmó que la mujer, hanna katzir, necesita atención médica que no pueden proporcionarle “debido a la falta de combustible, electricidad y medios básicos de supervivencia”. También dijo que el niño, Yagil Yaakov, podría ser liberado “por razones humanitarias y por su edad, a pesar de que las cárceles del ocupante israelí están llenas de” niños palestinos. Sin dar ningún calendario, Abu Hamza afirmó que la liberación Ocurriría una vez que las condiciones de seguridad lo permitan.
Un rehén de 12 años podría ser liberado
Hoy conocemos más detalles sobre ese niño que aparece en el vídeo. Se llama Yagil, tiene 12 años y fue secuestrado junto a su hermano. O desde el Kibbutz Nir Oz el 7 de octubre. La madre cuenta cómo habló con ellos por teléfono en los momentos previos al secuestro. Un famoso director de cine israelí incluso hizo una película animada que recrea su secuestro. El niño sufre una alergia al maní que puede ser mortal y la asociación de alérgicos ha solicitado que sea examinado urgentemente por representantes de la Cruz Roja y que le administren epinefrina inyectable.
Nerviosismo entre los familiares de los rehenes
En el vídeo, los dos secuestrados leen un texto en el que culpan al primer ministro Benjamín Netanyahu de la situación. Es evidente el efecto que este tipo de comunicaciones tiene en las familias. Las autoridades israelíes, que están bajo presión por los cautivos, denuncian que están terrorismo psicológico. Según el portavoz del Ejército, se trata de “un acto de terrorismo psicológico que busca intimidar y manipular a los rehenes y a la opinión pública”. El vídeo fue difundido por los captores de los rehenes, quienes Exigen la liberación de varios prisioneros palestinos.
Más de 30 niños secuestrados
Se estima que hay más de 30 niños entre los 242 secuestrados por Hamás. otro padre, Avihai Brodutch Lleva un mes viviendo un infierno. los radicales Se llevaron a su esposa y a sus tres hijos, de 10, 8 y 4 años,. Estaba convencido de que habían sido asesinados durante la masacre, pero luego lo contactó un vecino que había visto a los pistoleros secuestrar a los cuatro y llevarlos a Gaza. Decidió aparcar delante del Ministerio de Defensa israelí en Tel Aviv, con su perro Ruddy, que también había sobrevivido al ataque y desde entonces Allí permanece pidiendo su liberación.