Una imponente ‘calculadora’ como «motor de cambio»


“Creemos en la investigación y la innovación como motores de cambio hacia una sociedad mejor” y con esa convicción, que se anuncia en la página web de la Centro de Supercomputación de Castilla y León (SCAYLE), llevamos trabajando desde la constitución hace 15 años de la Fundación del mismo nombre, adscrita al Ministerio de Movilidad y Transformación Digital. Su titular, María González Corral, destaca que “la apuesta por la transformación digital” de la Junta “es clara” y, en este caso, la supercomputación es un “elemento crucial” que permite “fortalecer el tejido empresarial de la Comunidad” y su conducta. investigación de alto nivel en áreas altamente relevantes o sensibles”.

‘Nació’ en 2008, aunque la infraestructura básica o supercomputadora, comúnmente conocida como Caléndula, no empezó a funcionar hasta un año después, tenía entonces una capacidad computacional de 29 teraflops (o 29 mil millones de operaciones informáticas). punto flotante por segundo) que posteriormente han aumentado hasta el millar y, a principios de 2024, gracias a una serie de inversiones ya ejecutadas parcialmente y también pagadas con fondos europeos, se espera que alcance entre 7.000 y 10.000. De esta forma, si nos fijamos en la cifra más alta, Las posibilidades de cálculo de la caléndula se habrán multiplicado por diez en tan solo un año. «Este es un crecimiento muy significativo. El mayor desde la creación de la fundación”, explica el director de SCAYLE, Vicente Matellán.

Pero, ¿Para qué se utiliza esta poderosa capacidad informática? La Fundación Centro de Supercomputación gestiona una infraestructura “de máxima relevancia tecnológica a nivel nacional y europeo que presta servicios para desarrollar una investigación de máxima calidad, así como para la transmisión, el intercambio y la preservación del conocimiento, la transferencia de tecnología y el fomento de la innovación”, Como destaca el propio Ministerio, proporciona a usuarios, científicos y empresas, capacidad de cálculo computacional para múltiples aplicaciones, entre otras, la predicción meteorológica, el diseño de vehículos, los estudios genéticos, la predicción de incendios, el desarrollo de fármacos y vacunas o acciones de inteligencia artificial.

Las capacidades y usos de Scayl han seguido expandiéndose desde su ‘nacimiento’

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Como “misión fundacional”, Matellán resume que SCAYLE, ubicada en el Edificio Crai-TIC del Campus Vegazana de la Universidad de León, busca “promover la digitalización” apoyando “la transformación digital de las empresas y de la sociedad”. Entre los “servicios básicos” que presta la fundación cita cuatro y comienza por el vinculado al mismo nombre: supercomputación, cálculo científico o simulación numérica. “Consiste en utilizar medios informáticos para resolver o simular problemas de todas las ramas de la ciencia” y es una parte “muy enfocada a apoyar la investigación, la I+D y la transferencia”, afirma. Como ejemplo, indica que trabajan con grupos que hacen investigación y predicción meteorológica, diseño de materiales, ingeniería química, investigación en genómica y metagenómica o incluso grupos que hacen trabajos de Sociología y que necesitan realizar análisis masivos de datos.

Biblioteca global

La segunda ‘pata’ o servicio es RedCayle, “una red de fibra óptica que conecta todos los centros de investigación y educativos de Castilla y León”. «Inicialmente apoyamos principalmente a las universidades, públicas y privadas, pero hoy llegamos a muchos más centros. Todos los colegios de Castilla y León acaban conectados a través de nosotros, a través de RedIris”, explica el director de SCAYLE. También se da acceso a Internet a centros tecnológicos (Cartif, Itacyl, etc.), centros científicos (CENIEH, Láseres Pulsados, etc. .). En tercer lugar, cita la prestación de servicios para la administración pública como medio propio de la Junta (almacenamiento virtual o computación en la nube) y, por último, destaca que el Centro de Supercomputación realiza labores de almacenamiento de datos para científicos y centros de I+D+i. Los científicos producen muchos datos y que esos datos tengan un lugar donde almacenarse en Castilla y León es algo muy importante”. A este servicio lo llaman OpenCayle. Además, el Centro de Supercomputación también es un gigantesca biblioteca electrónica global con el depósito de todo el conocimiento científico que atesoran las universidadesfacilitando el acceso a estos datos y optimizando la gestión.

La Junta también ofrece una serie de ejemplos para explicar los usos del superordenador. Se utilizan para modelar cómo se pliegan las proteínas y cómo ese plegamiento puede afectar a las personas con diabetes. Alzheimer, fibrosis quística y muchos tipos de cáncer; para el diseño de materiales, simulando el comportamiento e interacciones de los millones de partículas subatómicas que dan origen a sus propiedades y también son una herramienta fundamental en la investigación en física básica, en mecánica cuántica. Se utilizan en la industria farmacéutica, que ha creado programas capaces de simular la interacción de diferentes sustancias químicas con el cuerpo humano, realizando pruebas virtuales; También sirven a los científicos que investigan el espacio exterior y sus propiedades; para la industria, que gracias a ellos realiza ensayos sobre la aerodinámica de aviones militares, el diseño de automóviles o para conocer la circulación de gases en una chimenea e incluso son de ayuda para el sector primario, ya que permiten el crecimiento de cada árbol y cómo esos miles de árboles individuales permiten mejorar la producción forestal o predecir la propagación de incendios.

«Proporcionar capacidad»

Respecto al volumen de trabajo de SCAYLE, Matellán destaca que el acceso al superordenador “es competitivo” y que lo habitual es que haya “más demanda que capacidad”. Hay tres convocatorias al año para la presentación de proyectos y hay comités que los evalúan y priorizan su acceso, aunque asegura que eso no significa que el supercomputador esté siempre funcionando al cien por cien. En función de los recursos necesarios se pueden desarrollar varios proyectos al mismo tiempo, pero para los de mayor tamaño habrá que esperar a que se libere la capacidad que requieren. Gestionar estas “colas” y “optimizar” el uso de la supercomputadora, afirma, también es una parte importante del trabajo que realizan. “Buscamos aprovechar todas las brechas y ese equilibrio, esa optimización, también es parte de lo que hacemos”. En el Centro de Supercomputación Trabajan aproximadamente 15 personasen su mayoría licenciados en Informática y con perfiles “muy especializados”, con “un porcentaje importante” de plantilla doctorada.

SCAYLE, quien también forma parte del Red Española de Supercomputación Es también una de las tres Infraestructuras Científicas y Técnicas Singulares (ICTS) que tiene Castilla y León, junto con el Centro de Láser Pulsado Ultraintenso de Salamanca y el Centro Nacional de Investigaciones sobre la Evolución Humana de Burgos (CNIEH), con el que tiene en común que “proporciona una capacidad que no siempre está al alcance de los grupos de investigación por sí solos”.

Aunque el concepto de supercomputación pueda parecer “muy técnico o lejano para la mayoría de la gente”, de lo que se trata, en palabras de González Corral, es de “una tecnología de nueva generación con aplicaciones y utilidades muy importantes para mejorar la sociedad, la economía, salud, investigación y, en definitiva, bienestar de todos los ciudadanos.

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