El exjugador del Zaragoza o del Levante tomó el año pasado una decisión muy peligrosa: quitarse ese desfibrilador. Pese a las súplicas de sus familiares, amigos y agente Philipp Degen, Raphael Dwamena firmó un documento asumiendo toda la responsabilidad de esa decisión, como explicó el futbolista en una entrevista al diario suizo Neue Zürcher Zeitung (NZZ).
“He estado con tantos médicos. Todos dicen algo diferente. Respeto las opiniones, los diagnósticos. Pero no los tomo en serio, a veces tengo que reírme. Sólo uno puede decirme cuándo es el momento de parar: Señor”, explicó el futbolista. Ghana a NZZ.
El infierno para Dwamena comenzó en 2018, cuando justo antes de firmar contrato con Brighton Hove & Albion, un reconocimiento médico detectó “arritmias cardíacas provocadas por una cicatriz”. Philipp Degen, agente del futbolista fallecido, explicó que en aquel momento lo trataron “como a un leproso, como a un enfermo”. Un nuevo reconocimiento médico en Suiza permitió que se aprobara su permiso para jugar. El FC Zürich fichó al delantero ghanés, que marcó 25 goles en 56 partidos con el club suizo.
Dwamena acabó fichando por el Levante (2018-2020), donde solo jugó un año antes de tomar la decisión de operarse y implantarse el DAI. Pese a esta operación, sufrió dos desmayos en el Zaragoza, donde jugó cedido, y en el Blau-Weiss Linz, equipo de la segunda división austriaca. Aunque insistió en seguir jugando días después, el conjunto austriaco rescindió su contrato durante el parón invernal.
Tras una etapa en el BSC Old Boys, equipo suizo, fichó por el KS Egnatia de la Liga Armenia en enero de 2023. Dwamena, según explica él mismo, decidió quitarse el DAI porque sufrió dos problemas provocados por el propio desfibrilador, según cuenta la opinión del frente ghanés.
La carrera y la vida de Raphael Dwamena terminaron trágica y repentinamente el sábado 11 de noviembre, mientras jugaba un partido en Albania contra el Partizan. Un final trágico para el delantero ghanés.