Castilla-La Mancha, con las infinitas hectáreas de viñedos que pueblan sus campos, conforman el mayor zona vitivinícola del mundo, llamada la Bodega de Europa. Con motivo de celebrar este 12 de noviembre el ‘Día Mundial del Enoturismo’, las bodegas de la comunidad autónoma han preparado diferentes propuestas para acercar sabores inolvidables que contienen esas cepas que recorren los horizontes manchegos y que vuelven a llamar la atención de los enoturistas por sus delicados vinos.
Esta celebración ofrece amantes del buen vino una oportunidad inmejorable para disfrutar de los paisajes de viñedos que en esta época presentan las zonas productoras de vino en Castilla-La Mancha, con una época entre un otoño cálido y un invierno incierto, que todavía permite acercarse a sus bodegas para combinar la cultura del vino y la gastronomía. El binomio perfecto.
Un sector potente
Las cifras del sector lo sitúan como uno de los principales motores económicos de Castilla-La Mancha, gracias no sólo a que es la región con mayor superficie de viñedo de España, sino también por su orografía completamente plana y su clima, tan favorable a la práctica vitícola. Es extraordinario el gran número de horas de sol que disfrutan sus viñas, su ciclo de maduración y la sanidad de sus cepas, que hacen y han consolidado los vinos elaborados en un reclamo cada vez más potente en los mercados. Nacional e internacional.
La importancia social, cultural y económica del sector vitivinícola de Castilla-La Mancha queda patente al considerar sus más de 600.000 hectáreas de viñedo, así como el elevado número de puestos de trabajo que generan las 225 cooperativas y 365 bodegas repartidas por la geografía castellano-manchegacon el 70% de la población rural viviendo de la vid y el vino.
Vino y gastronomía, el maridaje perfecto para descubrir nuevos sabores
De esta forma, Castilla-La Mancha se ha convertido en el primer productor de vino de España, con una media anual de entre 20 y 25 millones de hectolitros. Tomando más del 80% del mercado mundial. de mostos y alcohol vínico, con una facturación que supera los mil millones de euros. Una tierra que cuida todas las vides y en la que conviven nueve Denominaciones de Origen y seis Fincas Vitivinícolas.
El enoturismo en cifras
Según un informe publicado por la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin) que muestra que tras la pandemia, el enoturismo ha experimentado una sorprendente recuperación, como lo demuestra un aumento del gasto medio por persona y día, hasta alcanzar los 201,80 euros. , así como un aumento de la duración media de la estancia, que se sitúa ahora en 2,85 días. Además, se ha observado un incremento sustancial en el número de enoturistas que eligen pasar la noche en el destino, alcanzando un impresionante 70,38%.
El estudio de Acevin para 2023 revela que las mujeres siguen liderando la participación en las Rutas del Vino de España, representando el 53,70% del total de visitantes. Además, se ha observado un aumento de la presencia de enoturistas más jóvenes, con una representación del 12,10% en el grupo de edad de 18 a 25 años, lo que indica un mayor atractivo de este sector para el público más joven.
Una DO mundialmente famosa
Para poner de relieve la importancia económica del sector, nos acercamos a una de las Denominaciones de Origen más importantes de la región, la DO La Mancha, que agrupa a cerca de 15.000 viticultores, alrededor de 250 bodegas y 192 municipios. Sus vinos se encuentran hoy entre los más exquisitos y prestigiosos del mundo, se catan en toda España y también se exportan a los cinco continentes.
El presidente de la DO La Mancha, Carlos Bonilla, vislumbra el futuro del vino que se produce en la comunidad autónoma con mucho futuro. “España es uno de los principales países productores de la UE, es el que tiene mayores hectáreas”, afirmó para subrayar que “estamos recuperando la cultura del vinoponiéndolo de moda y haciendo una promoción muy importante.
El responsable de la DO La Mancha dice que esto supone directamente una inyección para la economía de estos pueblos y para el desarrollo contra la despoblación, “todos los pueblos que tienen viñedos tienen más población que los que no los tienen”, concluyó Carlos Bonilla. .