Las pruebas presentadas por el enjuiciamiento han podido corroborar que la enfermera mataba a los recién nacidos inyectándoles aire con una jeringa por vía intravenosa mientras trabaja. lety era sospechoso de los crímenes desde 2018 cuando fue arrestada por primera vez, pero fue arrestada nuevamente dos años después y acusada por la policía después de recibir autorización de la Fiscalía sobre los asesinatos de Chester.
El juez que lleva el caso ha señalado que “hubo premeditación, cálculo y astucia” en su actuación. También ha afirmado que “había una profunda malevolencia que bordeaba el sadismo… no tienes remordimientos… no hay factores atenuantes”.
“Esta fue una campaña cruel, calculada y cínica de asesinato infantil que involucró a los niños más pequeños y vulnerables”, agregó. “Había una malevolencia profunda que bordeaba el sadismo… no tienes remordimientos… no hay atenuantes”, dijo el juez en un mensaje dirigido directamente a la enfermera.
La enfermera actuó en los niños especialmente vulnerable, prematuro o enfermo. Se aprovechaba cuando estaba sola y, en algunos casos, intentó varias veces matar a los bebéssi una primera intervención no fuera suficiente.
Durante los juicios, la enfermera negó los cargos en su contra y culpó de las muertes de los recién nacidos al propio hospital, en particular a la mala higiene o la falta de personal.
También trató de matarlos envenenándolos.
La enfermera también fue declarada culpable de intentar asesinar a otros seis bebés mediante métodos que incluían, además de la inyección de aire, intoxicación por insulina o la administración de cantidades excesivas de alimentos. El jurado en el caso tomó más de 110 horas en llegar al veredicto de culpabilidad el pasado viernes.
dejar trabajaba como estudiante una pasantía en el centro público durante tres años, antes de terminar sus estudios en la universidad local y Especialízate como enfermera infantil.. Desde entonces, la condenada trabaja en la unidad neonatal, especializándose en bebés que requieren diferentes niveles de atención. Cada año, esta unidad atiende a unos 400 bebés, pero desde finales de julio de 2016 dejó de admitir niños nacidos antes de las 32 semanas de gestación, momento desde el cual no se registran más muertes.