Él Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha condenado a España a indemnizar a un español -que nació en México en 1985 y se instaló en Tenerife tras el terremoto que azotó el país- por haber tardado cuatro años en facilitarle una partida de nacimiento y un documento de identidad.
Los magistrados han dado la razón al demandante al considerar que “las autoridades deberían haber hecho más para ayudarte« dada la gravedad de las consecuencias de no tener documentación.
Así, el tribunal ha concluido que España violó el Convenio Europeo de Derechos Humanos al incumplir su “obligación” de garantizar que el hombre pudiera disfrutar de su derecho, por lo que ha condenado al Estado a pagar al demandante 16.000 euros por daño moral y costas.
Como informó este jueves Estrasburgo, es la primera vez que el tribunal se pronuncia sobre el derecho a obtener un certificado de nacimiento de conformidad con el artículo 8 del Convenio, relativo al derecho al respeto de la vida privada y familiar.
En concreto, el TEDH ha estudiado el caso del demandante, un hombre de nacionalidad española que nacido en 1985 en México pero que en septiembre de ese año se instaló en Tenerife después de que su madre solicitara la repatriación de la familia tras el terremoto que dejó miles de muertos en el país norteamericano.
Terremoto de México
Una vez en España, su madre intentó inscribirlo en el registro civil de La Laguna. La mujer juró ante un juez que el menor -que entonces tenía 12 años- era su hijo y varios testigos declararon en el mismo sentido.
El registro central de Madrid, que se encargaba del estado civil de las personas nacidas en el extranjero, no estaba satisfecho y solicitó a las autoridades mexicanas documentos que la madre no pudo proporcionar, incluido un certificado de nacimiento.
En el año 2000, las autoridades volvieron a contactar a la mujer para informarle que su hijo no tenía ningún documento de identificación. Y repitieron que necesitaban información de México. Ella insistió en que todo había sido destruido después del terremoto.
Durante los años siguientes, el demandante llevó su caso ante varios organismos nacionales, así como ante los consulados de México y España. Su nacimiento fue finalmente registrado en abril de 2006, cuando Yo tenía 21 años. Un mes después recibió su documento de identidad.
El TEDH ha considerado que las autoridades españolas han actuado con “negligencia” y eso y que “debieron haber hecho más”.