“Los niños preguntan por mamá… Por favor, contacta a la policía o a tu padre y tranquilízanos. Nada de lo que pasó importa, todo lo que necesitamos saber es que estás a salvo. Estoy bien”. Aquella llamada, entre lágrimas y con el padre de la víctima, fue el colmo del cinismo. Garry Malone compareció ante los medios como un marido preocupado y angustiado tras la desaparición de Sharon, su segunda esposa.
Sin embargo, ese rostro escondía a un potencial asesino, que no dudó en huir con sus hijos, vivir bajo una identidad falsa en la Costa del Sol y engañar a sus vecinos durante años. Cuando la Policía Nacional lo detuvo y fue extraditado, nadie sospechaba del pasado criminal de aquel inglés de gran formación.
Estudiante y profesor
Sharon Clinch era una chica inteligente y brillante, la primera de su promoción en la Queen Elizabeth Girls’ School, en Barnet (Gran Londres), y con grandes habilidades en kárate. De hecho, fue en clases de artes marciales donde conoció a su futuro marido, Garry Malone, un hombre casado de 28 años con un magnetismo brutal.
El instructor era cinturón negro y ayudó a Sharon a lograr algunos de los campeonatos más conocidos de la región. Sin embargo, la relación entre alumno y profesor se hizo más estrecha hasta que, en 1988, cuando Sharon cumplió diecisiete años, comenzaron una relación romántica y Garry abandonó a su primera esposa.
Sharon Malone, cuando era niña
La noticia llegó como un jarro de agua fría para la familia de Sharon, especialmente para su padre Harry, quien nunca vio con buenos ojos la relación entre aquel adulto y su hija. De hecho, cuando la joven anunció la boda, nadie a su alrededor confiaba en que el matrimonio duraría mucho. Lo fue en 1993.
Sharon y Garry se mudaron a Potters Bar, Hertfordshire, formaron su familia y se convirtieron en padres de dos hijos. Pero cinco años después del matrimonio, comenzaron a surgir problemas entre la pareja. Mientras ella se dedicaba a trabajar tiempo completo y apoyar la economía familiar, él se quedaba en casa sin aportar ningún ingreso.
Garry y Sharon Malone el día de su boda
En lugar de buscar un trabajo estable, Garry ejerció un control absoluto tanto sobre el dinero como sobre su esposa, además de pensar en la mejor manera de gastar el dinero. Un día, Sharon, harta de la situación, tomó a los niños y se fue a casa de sus padres. La mujer quería el divorcio.
Por su parte, Garry, que en ese momento mantenía una relación paralela con una amiga íntima de su esposa, Paula, colapsó. Primero, porque tenía que llegar a un acuerdo financiero con Sharon y evitar su ruina financiera; y, segundo, porque no quería perder a sus hijos. La solución: sacar a Sharon del camino.
Teatro en televisión
El domingo 28 de noviembre de 1999, Garry atrajo a Sharon a la casa familiar, donde la agredió por detrás y la mató a golpes. Luego puso su cuerpo en el auto de la víctima y condujo hasta el bosque de North Mymms Park, cerca de Hatfield.
Antes de abandonar el cuerpo, el marido le quitó parte de la ropa y la dejó vestida únicamente con una camiseta, ropa interior, un reloj y una pulsera. Tras ella, la arrojó a la orilla de un río seco. Luego, Garry regresó, dejó el vehículo cerca de la casa en Cranborne Crescent y, horas más tarde, fue a la comisaría para denunciar su desaparición.
Garry Malone con sus hijos
Garry afirmó que había visto a su esposa la tarde anterior, pero dejó claro que podría haber salido de casa esa misma noche. Con estos datos, los agentes iniciaron el protocolo de búsqueda y localizaron el vehículo de la víctima con manchas de sangre. Las sospechas se dirigieron hacia su marido, pero él negó rotundamente cualquier implicación en su desaparición.
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Cuando llegó el momento, Garry se plantó frente a los medios e hizo un llamamiento público pidiendo a su esposa que regresara a casa, para dar señales de vida. Luego de esa aparición en compañía de su suegro, el afligido esposo puso firme, tomó a sus hijos y huyó, asegurando que “de alguna manera corría riesgo si permanecía en este país”.
Como le explicó a Harry Clinch en una carta, su hija debía dinero “a hombres desagradables” por una deuda impaga y “necesitaba arreglar las cosas”.
Garry Malone y Harry Clinch, en la rueda de prensa por la desaparición de Sharon Malone
En enero de 2000, Garry y sus dos hijos viajaron a España, más concretamente a la Costa del Sol, donde el asesino se forjó una nueva vida bajo una identidad falsa. Pasó a llamarse Ralph Kirque. Dos meses después, se encontró el cuerpo de Sharon: tenía fracturas en la cara y el cráneo y, en particular, una fractura hundida en la parte posterior de la cabeza.
A partir de entonces, Garry se convirtió en el principal sospechoso de un caso de asesinato, y más aún cuando no viajó para asistir al funeral de su difunta esposa. Además, Scotland Yard fue acumulando distintas pruebas. La clave fue la posición de su teléfono celular, que lo ubicaba en el lugar y hora en que arrojaron el cuerpo. Asimismo, los investigadores también descubrieron otro hecho revelador: Garry tenía dos cómplices, su hijo mayor Gareth y su amante Paula.
Detenido y extraditado
En el verano de 2004, la Policía Nacional detuvo a Garry en Fuengirola por matar a su esposa y lo trasladó a Madrid a la espera de su extradición. El padre de la víctima se mostró consternado al enterarse de la detención de su yerno y reveló que, en los últimos tres años, apenas había sabido nada de él ni de sus nietos.
En mayo de 2005, un tribunal de Old Bailey inició el juicio de Garry Malone por el asesinato de Sharon Malone. Durante la audiencia salieron a la luz las deudas de su marido, su relación extramatrimonial y cómo su hijo mayor y su amante le ayudaron a borrar sus huellas para ocultar el crimen.
Garry Malone mató a su esposa Sharon Malone
Gareth ayudó a limpiar la casa de la pareja en Potters Bar y quitó el papel tapiz empapado de sangre, que había sido arrancado de la pared del dormitorio. En cuanto a Paula, la mujer fue acusada de darle a Garry una coartada falsa. Ninguno de los dos fue finalmente condenado.
El juez Stephen Kramer declaró al acusado culpable de asesinato y lo condenó a cadena perpetua, debiendo cumplir un mínimo de 17 años de prisión. Durante la lectura del veredicto, el magistrado se dirigió al asesino con las siguientes palabras: “Es usted un hombre manipulador, calculador y mentiroso. No ha mostrado ningún remordimiento por lo que ha hecho. Sólo tú sabrás realmente lo que pasó la noche del 28 de noviembre, pero has decidido no decir nada”.
Sharon Malone con su padre el día de su boda
El padre de Sharon celebró el fallo judicial y vio la cadena perpetua como la mejor manera de pasar página: “Garry obtuvo lo que merecía y no creo que el juez hubiera podido hacer más de lo que hizo. Creo que ha resumido muy bien lo que era Garry. Es un alivio que haya terminado y ya no esté aquí. Ha perdido su libertad y su vida. “Ahora podemos seguir adelante”.
Por supuesto, el hermano de Sharon, Andrew, no pudo evitar sentir miedo. “Mi mayor temor es que ella se escape y se presente en nuestra puerta”, dijo a la prensa una vez finalizado el juicio.
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