«Yo a ella no me acerqué para nada, yo no disparé»


Patricia Abet

17/11/2023

Actualizado a las 12:47 p. m.

Es hora de la declaración de Alberto Serrano, el hombre acusado de matar a tiros a Cristina Núñez en enero de 2021 en su casa. Luego de escuchar a todos los testigos y presenciar la explicación de la prueba pericial, Serrano sostuvo este jueves su inocencia. El acusado insiste en que esa tarde acudió al domicilio de la víctima -a su vez pareja del hombre con el que su mujer había mantenido una aventura- en compañía de una tercera persona. Ante los miembros del juzgado ciudadano encargado de juzgarlo, Serrano insistió en que sólo había entrado en la vivienda pensando que estaría vacía y con la intención de robar “cosas” que pudieran tener valor y fueran “fáciles” de colocar. El mercado. Según la versión del acusado, el tirador que Acabó con la vida de Cristina de un tiro en la nuca “tras golpearle la piel con el cañón” Se trataba de un colega llamado Paolo del que nunca más se supo de él. Sobre los hechos, Serrano sostiene que persiguió a Cristina por miedo a que llamara a la Policía, pero que no utilizó ningún arma contra ella. Afirma que ella se cayó del techo y que después escuchó un fuerte golpe que, pensó, serían tejas. Luego fue él quien aterrizó en el suelo, hiriéndose la pierna. Desde ese momento, ha sostenido, recuerda que ni siquiera se acercó a ella. “Escuché algo fuerte y seco y no le di importancia porque pensé que eran las tejas cayendo, miré y la vi tirada en el suelo”, agregó. El acusado, que ha afirmado ser consumidor de drogas, ha argumentado en su defensa que escuchó dos veces a la mujer pedir ayuda y ha reconocido haber elegido esa casa porque conocía a los dueños de la misma.

La tesis de Serrano contrasta, sin embargo, con las declaraciones y peritajes presentados ante el tribunal. Ninguno de los testigos del hecho, hasta Cuatro vecinos de la víctima que salieron alertaron al escuchar sus gritos.Recuerdan haber visto a otro hombre en la escena del crimen. Todo lo contrario. Todos han declarado que el agresor se encontraba solo y que su descripción coincidía con la de la persona sentada en el banquillo de los acusados ​​de la Audiencia Provincial de La Coruña. Un hombre “con poco pelo y complexión fuerte” que incluso ha señalado uno de los testigos.

También juega en su contra que dos agentes de la Guardia Civil encontraron a Serrano a pocos metros del lugar donde asesinaron a Cristina, escondido entre unos arbustos y con manchas de sangre y un chaleco en el que había restos de pólvora. Junto a él también descubrieron una bolsa en la que llevaba un arma, municiones, grilletes, una cadena de medio metro y cinco candados cuyo propósito se desconoce. Tampoco ayudará a la defensa a persuadir al jurado popular el hecho de que varios compañeros de trabajo de la pareja de Serrano reconocieran que había proferido amenazas por el trato laboral que estaba recibiendo su mujer tras la ruptura de la relación con el marido de Cristina. . Un hecho que pareció preocupar y enfadar más al acusado que el ‘affaire’ que mantuvo su mujer durante año y medio con quien era su jefe en aquel momento.

Un arma manipulada

Durante la vista de este jueves por el asesinato, también declararon especialistas en balística de la Guardia Civil y confirmaron que elLa pistola con la que, según la investigación, disparó la mujer fue incautada, fue “manipulada”. “El cañón es artesanal”, precisó después de que un ex policía al que pertenecía asegurara que estaba inservible. Esta afirmación ha estado en línea con las conclusiones de un informe sobre el arma, que sostiene que fue “modificada” respecto a sus condiciones iniciales de fabricación. Respecto al origen del arma, el nieto del propietario reconoció haberla cambiado por ‘porros’ y su propietario final ha explicado que acabó en la basura tras un desahucio, lo que explicaría su entrada en el mercado negro donde Serrano podría haberla adquirido. . .

Una vez concluida buena parte de la sesión plenaria sobre criminalidad, pronto la atención se centrará en los miembros del tribunal ciudadano que deben responder a las preguntas que las partes les propongan desarrollar el objeto del veredicto del que surgirá, o no, una acusación de culpabilidad.


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