“Nunca nos desviaremos de la legalidad”, garantizan, pero señalan posibles “movimientos pasivos” que se podrían realizar
La compleja situación política que vive España afecta a todos los niveles, incluido el militar. La evolución de las negociaciones con los nacionalistas, las reivindicaciones desde Waterloo, las reivindicaciones del País Vasco… Todos los planteamientos son objeto de debates y discusiones en ámbitos privados dentro de los ejércitos.
Sus integrantes no son ajenos al debate político y las consecuencias futuras que puedan surgir. Nadie habla en público. Lo tienen prohibido. Pero en los mentirosos uniformados el malestar es palpable. Porque advierten que serán uno de los sectores más afectados. Cualquier medida adoptada contra los militares siempre resulta muy atractiva en el mundo radical y los independentistas la ‘venden’ bien entre los suyos, señalan a este diario mandos en activo.
Dan por hecho que pronto las filas del PSOE asumirán la reducción o incluso la salida significativa de tropas y el cierre de agencias. Seguramente en Cataluña el recorte será brutal.
Donde estos líderes han puesto la línea roja es en el derecho a la autodeterminación. ellos recuerdan el artículo 8: Las Fuerzas Armadas, integradas por el Ejército, la Armada y el Ejército del Aire, tienen la misión de garantizar la soberanía e independencia de España, defendiendo su integridad territorial y orden constitucional. Las fuentes consultadas por este periódico consideran que una votación centrada en una demanda de los independentistas de una zona de España afecta directamente a la Constitución.
Pero, dado eso, ¿los militares en estos círculos tomarán decisiones activas? De nada. Explican que nadie podrá hablar de ruido de sables. De nada. Nunca nos apartaremos de la ley, insisten. Pero sí señalan posibles movimientos que podrían llevarse a cabo si Moncloa cede a las pretensiones de los nacionalistas. Será un movimiento pasivo. Según explican, se habla de la posibilidad de entregar el bastón de mando. Es decir, de forma conjunta, un número importante de mandos en activo, con altas responsabilidades en la seguridad del país, dimitirían de sus cargos operativos y se pondrían a disposición del Ministerio de Defensa a la espera de nuevas órdenes. ¿Y qué razones podrían dar para renunciar a este mando? Pues, según explican, desde motivos personales (una percha que permite cualquier tipo de interpretación) hasta motivos de conciencia.
Sería evidente que estos mandos, si dieran este paso, no irían en contra de la legislación vigente ni darían ningún paso que pueda considerarse una afrenta antisistema o un bloqueo legal, explican estas fuentes, detallando que en ello reside lo que de lo que se habla es, de manera coordinada y al mismo tiempo, entregar a la Defensa la renuncia al mando, para demostrar de manera no disimulada que los militares no están de acuerdo con un movimiento político que violaría la Constitución y que llevaría a a abrir una vía que permita la desintegración de comunidades autónomas. con el Estado español.
Y consideran que el acuerdo anunciado por el PSOE y Junts deja la puerta abierta a votaciones con un marcado carácter disruptivo. El documento firmado por ambos grupos señala: En el ámbito del reconocimiento nacional, Junts propondrá la celebración de un referéndum de autodeterminación sobre el futuro político de Cataluña amparado por el artículo 92 de la Constitución. Por su parte, el PSOE defenderá el amplio desarrollo, a través de los mecanismos legales oportunos, del Estatuto de 2006, así como el pleno despliegue y respeto de las instituciones de autogobierno y de la singularidad institucional, cultural y lingüística de Cataluña.
¿Qué transmitirían estos jefes militares con esta medida de presión? Un malestar potente y la señal de que su decisión puede afectar al funcionamiento de las Fuerzas Armadas. Las fuentes consultadas por este diario aclararon que esa opinión también la sostienen comandantes ubicados en las altas esferas de las Fuerzas Armadas.
Saben que la reacción inmediata de la Ministro de Defensa Sería intentar sustituirlos por jefes que tengan relación con cada uno de los puestos operativos afectados. Los conocemos y, aunque hagamos mucho ruido, el país no se arriesgará ante las amenazas externas. Pero la opinión pública notaría que somos conscientes del golpe a la Constitución, insisten las citadas fuentes.
También son conscientes de que el Gobierno intentará actuar con fuerza contra ellos. Aunque en principio no habría motivo para tomar medidas disciplinarias contra ellos, saben que el Ejecutivo que preside Pedro Sánchez les pondría en contra e intentaría actuar contra ellos de forma ejemplar, para frenar voces más críticas, insisten.
La única voz que se levantó desde el ámbito militar sobre Cataluña fue la del general Mena, que en 2006 advirtió que si se superaban los límites marcados por la Carta Magna se aplicaría el artículo octavo de la Constitución: las Fuerzas Armadas, constituidas por las Ejército, Armada y Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía y la independencia de España, defender su integridad y el orden constitucional. La defensa entendió que el teniente general había incumplido su obligación de neutralidad política y lo destituyó.