«Debemos conseguir que el sistema educativo transmita qué fue ETA»


Carmen Lucas Torres

Este miércoles 15 de noviembre llegó a las librerías ‘No hay justicia. Más de 300 asesinatos de ETA sin resolver’ (Espasa). Sus autores son el escritor, periodista y director del Centro Memorial a las Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, y María Jiménez, periodista, investigadora sobre ETA y doctora-profesora de la Universidad de Navarra. El saldo de la banda terrorista es de 850 asesinatos, 2.500 heridos y un centenar de secuestrados. En más del 40% de los ataques, los autores de los crímenes no han sido condenados. Este libro recupera las historias personales detrás de cada uno de estos ataques sin respuesta judicial. Domínguez habló por teléfono con torrevieja news today para hablar de la obra.

-¿De qué fuentes has bebido?

-Hemos realizado un seguimiento principalmente de sentencias judiciales y atestados policiales, para aportar datos. También diferentes análisis de los cuerpos policiales.

-¿Cuál fue la época de ETA más dañina para la sociedad española?

-Los años de plomo. Desde 1978 hasta finales de los 80. Sólo en ese período, tres cuartas partes de los casos están sin resolver. Fue también cuando la tarea de las fuerzas de seguridad resultó más difícil. Casi el 87% de los casos se concentraron en el País Vasco y Navarra, donde no hubo colaboración ciudadana. En documentos se informa que hubo un ataque en el centro de San Sebastián, al mediodía, y nadie había visto nada. Las Fuerzas de Seguridad se pusieron entonces a la defensiva ante el acoso al cuartel y a su vida privada. Para poner una patrulla en la calle, había que triplicar el número de tropas para protegerla. Eso consumió mucho esfuerzo y fue perjudicial para otras labores policiales. Aunque es evidente que hubo efectividad, porque poco a poco se fue reduciendo la capacidad de acción de los terroristas. De ese momento quedan algunas consecuencias, como el hecho de que en 312 casos se desconocen los autores con sentencia judicial. La Policía tenía indicios pero o no pudo detener o hubo personas juzgadas y no condenadas. El 40% de los casos quedan sin resolver, pero ser exigente y centrarse en los datos no debe hacernos olvidar que ETA es responsable de todos los crímenes.

-¿Necesitan las nuevas generaciones conocer la historia detrás de cada ataque?

-Hay que conseguir que el sistema educativo transmita información sobre qué fue ETA y qué ha supuesto el terrorismo en España durante décadas. Que en grados superiores tengan conocimiento y acceso directo al testimonio de las víctimas porque genera empatía y provoca como ningún otro instrumento la deslegitimación de la violencia. Cada testimonio combate el discurso de odio del terrorismo.

-¿Cómo vivió la inclusión de terroristas con crímenes de sangre en las listas de Bildu para las elecciones municipales?

-Es un símbolo más de que el brazo político de ETA no ha roto vínculos sentimentales con el terrorismo. Todavía tiene que hacer una autocrítica y una deuda con la sociedad que no ha sido cubierta.


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