Una “cosecha atípica”. Así definen los viticultores la vendimia de este año. Una situación que se está convirtiendo en tónica habitual en muchas regiones de España. Una de ellas, la más importante de todas, es La Mancha, donde las bodegas que forman parte de su denominación de origen reflexionan sobre esta pasada campaña marcada por las altas temperaturas y las escasas precipitaciones.
Todo ello obligó a muchos de ellos a adelantar la recogida del fruto que, a pesar de las adversidades, según señalan, se caracteriza por su “excelente calidad”. Un hecho positivo es que, junto con las nuevas estrategias adoptadas por el Denominación de Origen La Mancha que suponen la apertura a nuevos mercados, pretende paliar la incertidumbre a la que se enfrentan los vinos de esta región vitivinícola el próximo año.
Fue a finales de julio, concretamente el día 27 de dicho mes, con la mente puesta en el parón vacacional y algunas bodegas cerradas, cuando en puntos de la provincia de Albacete comenzó la campaña de vendimia con la recogida de variedades, no en Vano, muy minoritario, como el Gewürztraminer, informe de la DO La Mancha.
La vendimia comenzó así con un claro avance para evitar desequilibrios en los parámetros de calidad de la uva, en variedades foráneas, bien adaptadas al terruño manchego, pero exigentes en el control de su PH que pudieran desequilibrar su valor aromático en los vinos finales. .
Un verano más, como indican, las bodegas de la provincia de Ciudad Real marcaron el inicio de la campaña. Fueron los casos de la cooperativa El Progreso, en Villarrubia de los Ojos; Bodegas Yuntero, en Manzanares, o Bodegas Símbolo, en Campo de Criptana, con la colección de variedades cultivadas con un ciclo de maduración más rápido, como Sauvignon Blanc, Chardonnay, Verdejo o Moscatel.
Los últimos datos técnicos facilitados por algunas bodegas manchegas consultadas apuntaban, a finales de septiembre, a una entrada de fruto de “muy buena calidad” de la tinta Tempranillo o Cencibel, con un grado alto (14º baumé) y un PH de 3,7 estable, aunque con una acidez no excesivamente elevada. La Airén, uva que tradicionalmente es la última en entrar y descargar en las tolvas, mantuvo un grado de 11º baumé y un PH también estable, en 3,6.
“La dureza del clima manchego es crucial para técnicos y agricultores a la hora de buscar los mejores cuidados de la cepa y el momento óptimo de maduración que puede determinar la calidad final del vino en su copa”, señala la DO . Así, las sucesivas olas de calor han marcado un año climatológico muy duro para la propia planta de vid.
De hecho, las primeras conclusiones de los informes del Agencia Estatal de Meteorología Fueron muy contundentes anunciando “una primavera extremadamente cálida, con una temperatura media en la España peninsular de 14,2ºC, valor que supera en casi dos grados la media de esta estación”.
“Ha sido la primavera más cálida desde el inicio de la serie en 1961”, destaca la Aemet en su estudio, que menciona el “intenso y prolongado episodio cálido que se extendió entre el 15 de abril y el 10 de mayo, con temperaturas “muy por encima de los niveles habituales para la época del año”, en la que se alcanzaron los niveles más altos de la temporada.
Lo mismo ha ocurrido con las precipitaciones, que han sido muy escasas a lo largo del año, y el verano prolongó el calor extremo, afectando gravemente al viñedo manchego. Prueba de ello es que agosto, mes determinante para la maduración de la uva como testigo del envero y de la formación definitiva de los parámetros de calidad del fruto, fue un mes “sumamente cálido”.
Sobre todo, recuerdan, en la ola que se produjo en la última semana del mes, que agotó aún más las fuerzas hídricas de la propia central. Fue entonces cuando muchas bodegas advirtieron de una posible reducción importante de la producción, del 40-50%, en aquellas variedades con un ciclo de maduración temprano.
Pero lo que dio el broche final al viñedo fue la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos de la Atmósfera), que trajo fuertes tormentas a algunas localidades, como Socuéllamos (Ciudad Real), donde las primeras valoraciones arrojaron pérdidas cercanas al 80% en algunos lugares. Según fuentes de Asaja (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores), unas 3.500 hectáreas se vieron afectadas en este municipio por este adverso episodio meteorológico, que afectó especialmente a La Mancha toledana.
Alternativas ante la incertidumbre
Toda esta situación ha obligado a las bodegas manchegas a buscar alternativas a este año marcado por la mala cosecha, a lo que se suma la incertidumbre de un contexto internacional con guerras y desaceleración de la economía. En este contexto destaca el caso del mercado chino y sus importaciones de determinados productos procedentes de Occidente, entre ellos el vino. sin embargo, el Consejo Regulador de la DO La Mancha no ha perdido la esperanza en el país asiático, asistiendo aún a importantes ferias internacionales como la de Chegndu el pasado mes de abril.
Sin embargo, Japón se ha convertido en la principal alternativa en Asia tras la desaceleración del mercado chino. De acuerdo con él Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv)El país del sol naciente sigue batiendo récords históricos, con el 18,6% del valor de sus exportaciones de vino en el primer trimestre de 2023, alcanzando los 56.202 millones de yenes (357 millones de euros).
No en vano, Japón se convirtió en 2022 en el quinto mercado de los vinos DO La Mancha, es decir, el 5,33% del total de las exportaciones, una demanda que lo sitúa como el segundo mercado extracomunitario, sólo superado por China. La razón es obvia, según Luis Martínez, jefe del departamento internacional del Consejo Regulador: «Desde pequeño, Don Quijote se aprende y enseña en las escuelas japonesas, lo que permite una gran afinidad de esta tierra con los samuráis y su código bushido de la cultura japonesa, que profesa un gran respeto y admiración por el Caballero de los Dolores. Cifra”.