“Hago cálculos y pienso, no gasto más”
Esta situación tiene una explicación: inflación. A medida que se acerca diciembre, los precios de los alimentos esenciales que hay en la mesa aumentan. “Hago cálculos y pienso que no gasto más”, afirma contundentemente un comprador del mercado. Por ello, más de un pronosticador ya se está poniendo manos a la obra. “Ya compré medio lomo y lo envasaron al vacío, lo tengo guardado”.
“Ya compré medio lomo y lo envasaron al vacío, lo tengo guardado”
“Ya compré medio lomo y lo envasaron al vacío, lo tengo guardado”
Anticipar las compras navideñas Es una práctica que muchos vienen haciendo desde hace años, “ya se empieza a notar el aumento de precio. Compro con semanas de antelación por eso”. Medida que permite ahorra unos euros porque son citas largas gastado. Pero ojo, porque con esta anticipación es importante controlar el tiempo de congelación, y sobre todo, su mantenimiento.
Es ahora cuando surgen algunas dudas: ¿Es posible congelar productos hasta la cena de Nochebuena? Según el nutricionista Antonio Porter, es importante controlar el tiempo de congelación, pero sobre todo su mantenimiento y la temperatura del congelador, que debe mantenerse por debajo de los 18 grados.
Por ejemplo, en el caso de la carne, indica que se debe almacenar por un máximo de 12 meses, dependiendo del tipo de carne. Y para evitar que tenga aire hay que envolver muy bien la comida, y colocarla en un congelador tipo ordenador con más comida guardada. Esto crea un ambiente perfecto para prevenir el crecimiento de bacterias.
Si hablamos de pescados y mariscos la cosa cambia. Se debe utilizar un tupper de cristal homologado con un poco de agua para mantener fresco el producto. Su duración es diferente a la de la carne, “por seguridad, no la dejaría en el congelador más de dos meses”, advierte la nutricionista. Pequeñas recomendaciones a seguir para evitar sustos.