El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha comunicado esta mañana al Rey la disponibilidad de los 33 diputados de Vox para apoyar una investidura de Alberto Núñez Feijóo pero “condicionada a que el PP no colabore de ninguna manera en el cordón sanitario que se pretende establecer” levantado contra Vox». El líder de Vox ha introducido esta variante tras una semana muy convulsa en la que la dirección de su formación se ha sentido desairada por el PP. Un choque que acabó con los diputados de Vox no votando la candidatura popular a la presidencia del Congreso de los Diputados.
En una comparecencia sin preguntas en el Congreso de los Diputados, Abascal ha justificado su apoyo, más allá de las condiciones, en la preocupación que ha trasladado al Rey de que “los herederos del terrorismo” y ahora también “un prófugo de la Justicia” puedan “chantajear” » el futuro gobierno, lo que constituye a los ojos de Vox “la mayor amenaza a la prosperidad y la legalidad actuales”, con la posibilidad abierta de que “el golpe de Estado del año 2017 en Cataluña quede impune” y que el “relevo” llegue del propio Palacio de La Moncloa.
La magnitud de ese gobierno virtual hace que Vox garantice su apoyo a Feijóo como había prometido. Pero lo hace enfatizando una cuestión de vital importancia para su formación: lograr reconocimiento y no discriminación. En Vox entienden que la votación de la Mesa del Congreso la semana pasada, en la que los populares no les proporcionaron uno de los cuatro puestos que podrían alcanzar con sus votos pese a la evidente alianza que ambos desarrollan en diferentes administraciones de España, es una muestra más de que en cuanto tienen la oportunidad los populares se destacan entre ellos.
Para el PP era de vital importancia ante las opciones de Feijóo de ser nombrado que Abascal no le tomara el pulso hasta el final. Algo que habría resultado en haber anunciado hoy que sus votos no estaban garantizados. Sin embargo, Abascal ha querido introducir una serie de puntos con los que articular este apoyo, que vienen todos a responder a una idea: el PP tiene que reconocer a Vox como un aliado. La situación de la semana pasada no gustó en muchos ámbitos del PP, desde el que se afirma que, más allá de la evidencia de que son dos partidos políticos diferentes, es necesario mejorar las relaciones en el día a día con la formación de los de Santiago Abascal.
Las cuatro condiciones que VOX pone al PP para apoyar a Núñez Feijóo en una investidura se resumen en ese “rechazo explícito del PP al cordón sanitario a Vox” y son las siguientes: 1) Una muestra inequívoca de respeto a los votantes de Vox que ” No entienden como no entendemos nosotros que la tercera fuerza política de España, con 33 escaños, haya sido excluida del gobierno de la Mesa del Congreso de los Diputados». 2) Que los acuerdos entre el Partido Popular y VOX en cinco autonomías y en más de 100 ayuntamientos se valore públicamente “desautorizar a quienes las atacan o las cuestionan permanentemente”. 3) Recuperar la neutralidad de las instituciones y la normalidad democrática. 4) El compromiso de poner fin a la pretensión de algunas minorías de “imponer el apartheid a 3 millones de españoles” y tercera fuerza política en España.
Con ello, y a la espera de ver cómo se resuelven estas condiciones, el PP alcanzaría los 172 apoyos. Ya cuenta con el apoyo de la Unión del Pueblo Navarro y también el de Coalición Canaria. De hecho, esta misma mañana el PP, de la mano de su secretaria general, Cuca Gamarra, firmó en el Congreso de los Diputados el compromiso de los populares con la agenda canaria. Precisamente a Vox le irrita que un acuerdo de estas características que sólo supone un voto adicional tenga tanto mimo por parte de los populares.
Si Feijóo tiene capacidad para juntar esos 172 apoyos, sus posibilidades de recibir la designación no serían menores. Aunque su problema es que le resulta prácticamente imposible aumentar esos apoyos. El portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, ha reiterado esta mañana que aunque el PP sería un partido con el que se podría hablar “al entrar en la combinación Vox, no hay nada de qué hablar”.