Marcos Ana, la amnistía posible y el olvido imposible


una cita de Marcos Anatal vez consciente, tal vez casual, ha sacado a la luz a este poeta: «Lo que nunca debe ser la amnistía es amnesia, porque si olvidamos lo que pasó, la amnesia sólo puede provocar su repetición.». Una vez lanzada, la cita corrió como humo entre quienes no defienden esta ley, ya sea porque quieren un cambio de gobierno, un cambio de liderazgo en su organización o porque no quieren renunciar a su cuota económica o de poder. Lo que dijo el poeta fue: “La amnistía no debería ser amnesia”. Marcos Ana defendió esta medida de gracia, convirtiéndose en su mayor referente cuando Franco le liberó mediante un indulto general en 1961, algo insólito, porque sólo le afectaba a él.

Marcos Ana había sido primero pobre y católico, luego socialista y comunista, pasando así de la “sumisión cristiana” al “misticismo revolucionario”, luego fue preso y poeta y finalmente defensor de los derechos humanos y “símbolo de la lucha victoriosa por la amnistía” para él y sus “hermanos oscuros”, como llamaba a sus compañeros de prisión. Esto para la izquierda, porque para la derecha Marcos Ana fue “un asesino que mató a tres personas” cuando era miliciano en el 36. la marca más contrastante de él: el preso que más años ha pasado en las cárceles franquistas, 23 añospasando por las prisiones de Madrid (Porlier, Conde de Toreno, Yeserías, Alcalá de Henares), Toledo (Ocaña) y Burgos.

El poeta nació en 1920 en un pueblo de Salamanca, «en el seno de una familia muy pobre de trabajadores del campo, gente noble, sencilla y católica: «mi madre era Ana Santa / un puñado de carne consumida, / abrigada y sola en el silencio , / “Murió de rodillas – me dijeron – / crucificada sobre un tronco de lágrimas, / con mi nombre entre los labios / pidiendo a Dios el fin de mis cadenas”, relata en su poema ‘A los católicos’. Reparto de folletos católicos entre los jóvenes de Alcalá de Henaresdonde se mudó su familia, se le ocurrió un mitin de las Juventudes Socialistas en el año 35: “esa gente estaba hablando de lo que le estaba pasando a mi familia”, y él cambió religión por ideas: Ingresó a las JSU y pasó a formar parte del Batallón Libertad en el 36, tenía 16 años.: “Yo era la mascota”. Durante la guerra se unió a las filas comunistas. Inició su actividad política como secretario general de la zona, fue también comisario político en una unidad del Ejército Republicano e instructor de jóvenes. Fue detenido en Madrid en el año 39. cuando un colega que se había convertido en su confidente lo denunció.

La prisión fue lo que hizo de Marcos Ana un poeta. Condenado a muerte dos veces, una vez por los “tres asesinatos” y otra por la creación de un periódico clandestino, vivía con el alma en vilo por los tiroteos rutinarios, las enfermedades, el hambre, el frío y, según su testimonio, las torturas, que “hizo que algunos de ellos se convirtieran en en idiotas.” Una vez, los compañeros que limpiaban Le regalaron algunos poemas de Alberti y Neruda., lo que le hizo pensar que escribir poemas y “sacarlos” podría concienciar a la gente sobre la situación de los presos. Y así se hizo poeta, el primer librito de unos ocho poemas que recibió en prisión, publicado por una editorial en México. Como poeta adoptó el nombre de sus padres. (originalmente era Fernando Macarro), tenía sus motivos: «cuando tenía quince años, recogí el cuerpo de mi padre de entre los escombros de mi casa destruida por un bombardeo y mi madre murió cuando me condenaron a muerte por segunda vez. . Ella deambulaba por la puerta de la cárcel de Burgos intentando verme. Ella no lo entendió. La encontraron muerta en una zanja. »

La placa en la fachada del edificio donde vivió Marcos Ana, que ha sido vandalizada varias veces con la palabra ‘asesino’ y ha sido limpiada por el ayuntamiento. Puedes ver los restos de pintura en la pared.

Comenzó a ser conocido en el extranjero por sus poemas, coincidiendo con la creación de Amnistía Internacional. Paco Rabal, apadrinado por Alberti y su mujer, le entregó una nota en un tubo de pasta de dientes: “Cuéntanos algo de tu vida”. Y les envió un poema titulado Mi corazón es patio: «Mi vida / te la puedo contar en dos palabras: / Un patio / y un pedacito de cielo por donde a veces / pasa una nube perdida y un pájaro / huyendo de sus alas. En este contexto, el Gobierno de España publicó un decreto según el cual las personas que llevaran más de veinte años ininterrumpidos de prisión, saldría en libertad.

Marcos Ana siempre mostró el agradecimiento y el convencimiento de que había sido esa presión internacional la que lo había llevadoliberado de una sentencia de sesenta años (cada una de las penas de muerte fue conmutada por 30 años). Sin embargo, en el BOE del 12 de octubre de 1961, Franco y su ministro Carrero Blanco lo que firmaron fue “un indulto general con motivo de la celebración del 25 aniversario de la Exaltación del Caudillo a la Jefatura de Estado como generosidad ante tan afortunado acontecimiento. Hubo otros beneficiarios, prisioneros y exiliados, pero La liberación total sólo lo benefició.. Fue un perdón general, esa medida de gracia que ahora nuestra Constitución “no autoriza”.

Pero La operación Marcos Ana de Franco resultó un fracaso. La prensa extranjera lo presentó como un héroe, una víctima de la represión, y esto no gustó a su gobierno. Fraga, Ministro de Información, publicó un folleto titulado Marcos Ana Asesino. Los ecos de él continúan hoy, ese es el adjetivo que le dan al poeta quienes vandalan la placa que en 2019 el Ayuntamiento de Madrid colocó en su memoria en la fachada de su vivienda. Para la derecha, Marcos Ana no es un preso político sino “un asesino”, a quien se le acusa como secretario de las JSU y como jefe de milicianos del Batallón Libertad, a los 16 años, por “la muerte de un cura, un cartero y militante de Acción Popular y campesino devoto católico.Los muertos aparecen con nombres, edades, fechas y relatos de testigos de familiares en el expediente número 120.976 del Archivo Histórico de la Defensa. el lo negó, “otros compañeros fueron juzgados y ejecutados por ello, pero siempre echaron la culpa de todo a los dirigentes” y algún analista sostiene la tesis de que cuando ocurrieron los hechos él no estaba. Lo más llamativo es que si Fraga defendió su panfleto, Franco no sólo perdonó a un comunista, sino a “un asesino”.

El poeta con Pedro Almodóvar

Cuáles fueron sus intenciones, sin duda políticas, los gobiernos toman decisiones que creen que pueden ser buenas para mantenerse en el poder, pero también como lavado de imagen, poner fin a un conflicto o “la normalización institucional, política y social” de un determinado territorio, “una necesidad”. “. Los atomistas decían que todo lo que existe es fruto del azar o de la necesidad. Aunque la palabra amnistía no se menciona en la ConstituciónEl artículo 62.1 señala que “corresponde al Rey ejercer el derecho de indulto de conformidad con la Ley, que no podrá autorizar indultos generales”. El indulto elimina la pena, la amnistía elimina el delito, es borrón y cuenta nueva, por lo que decir que la amnistía no debería ser amnesia es como decir que la leche no debería ser blanca o que los pájaros no deberían volar. Amnistía es no mnesia en griego, sin memoria, amnesia. Es perdón absoluto.

Lo que no es amnistía es garantía de nada. Marcos Ana después de su liberación apareció en la publicación de Amnistía como “Poeta de la libertad”, Se exilió en Francia acogido por el Partido Comunista, donde fundó el Centro de Información y Solidaridad con España (CISE), que presidió Picasso, y recorrió Europa y América promoviendo la solidaridad con los presos políticos, la amnistía general y denunciando la prácticas “fascistas” en las cárceles. En España, Almodóvar compró los derechos de su biografía, quizá más impresionado por la relación que el poeta estableció con las mujeres a su marcha, a las que “persiguió extasiado por las calles hasta verlas desaparecer”, que por su figura política, porque nunca hizo la película. Fuentes de su productora “El Deseo” Aseguran que “hubo diferentes motivos por los que finalmente se decidió no hacer el proyecto”, y pidiéndoles que fueran un poco más explícitos, señalan que “un problema con la agenda de Pedro hizo que finalmente se decidiera a filmar primero sus otros proyectos”. “.

Y es que La amnistía es algo formal, una amnesia pactada, además de arbitraria y por tanto controvertida. Pero el olvido es algo más humano., más poético y espiritual. Pedir no olvidar es en realidad una tontería, porque olvidar es imposible, porque tiene que ver con valores, creencias y motivaciones, con la parte más íntima del ser humano. Nadie olvida lo vivido, e incluso lo no vivido acaba apareciéndose a uno de forma inesperada con su estela lúgubre e implacable. Marcos Ana fue indultado, pero no olvidó sus ideas, ni sus penurias en prisión: “en la cárcel de Ocaña con los brazos cruzados tocó las paredes”, no se olvidó de sus compañeros, y seguramente tampoco pudo olvidar a sus muertos, aunque no los nombrara, aunque ni siquiera fueran suyos.

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