Ayuso da luz verde a la segunda deflactación del IRPF que ahorrará un 4% a las rentas bajas en Madrid


La segunda deflación del IRPF en la Comunidad de Madrid sigue dando pasos: hoy el Consejo de Gobierno ha aprobado definitivamente el proyecto de ley que recoge esta medida, un paso previo a su tramitación en la Asamblea de Madrid. Además, se ha enviado una carta a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, solicitando una reunión urgente del consejo de política fiscal y financiera.

La medida de la deflación significará reducir un 3,1 por ciento en todos los tramos del impuesto sobre la renta, y también en el mínimo personal y familiar y las actuales deducciones fiscales autonómicas. Supondrá un ahorro del 4 por ciento para las rentas bajas, y del 1,7 para las rentas más altas, estima el Ministerio de Economía, que dirige Rocío Albert. El portavoz autonómico, Miguel Ángel García, pide también a la ministra deflactar el IRPF a nivel nacional.

Madrid es la primera de las comunidades autónomas de régimen común en aprobar esta deflación durante dos años consecutivos. En esta segunda ocasión, tendrá efectos para este año, por lo que podrá aplicarse en la declaración que realicen los contribuyentes madrileños la próxima primavera. En total, la medida supondrá un ahorro fiscal de 153 millones de euros para los 3,5 millones de contribuyentes madrileños, y el Ministerio de Economía, Hacienda y Empleo calcula que será más intenso en el caso de las rentas bajas. Como ejemplo, pusieron que para una persona menor de 65 años con unos ingresos brutos de 25.000 euros y dos hijos (uno menor de tres años), supondrá un 4,08 por ciento menos respecto a 2022.

En otro ejemplo, con unos ingresos laborales de 32.000 euros, el ahorro será del 2,47 por ciento. Para los declarantes con rentas superiores (90.000 euros), la reducción será del 1,72 por ciento. Esta reducción en la escala autonómica del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas se llevará a cabo aplicando el incremento del IPC (3,1%) en los ocho primeros meses del año a todos los tramos, al mínimo personal y familiar, a las deducciones vigentes y a sus límite de ingresos.

De esta manera, las personas cuyos aumentos salariales les hagan saltar por encima de ese nivel también podrán seguir aprovechando las deducciones que ahora están limitadas por el nivel de ingresos, incluso si dicho aumento es ‘devorado’ por la inflación.

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