En la última década, el número de nacimientos en España ha disminuido un 27,6%. Así lo reflejan los últimos datos del INE publicado ayer. En 2022 nacieron 329.251 niños, lo que representa una 2,4% menos -8.129- respecto al año anterior, y muchos menos que los 454.648 que nacieron en 2012. Además, aumentó el porcentaje de madres extranjeras, hasta alcanzar la 23,04% -75.869- en comparación con 21,43% que se registró en 2021. Es decir, en España cada vez hay menos mujeres que tienen hijos y, al mismo tiempo, cada vez más mujeres extranjeras lo hacen. De media, las españolas los tienen a los 33,1 años, mientras que las mujeres nacidas fuera de España pero que tienen hijos aquí lo hacen a los 30,5.
Esta tendencia a la baja de los nacimientos continúa en 2023. Hasta septiembre, último mes con datos disponibles, también publicados ayer, la tasa cae un 2,6% en comparación con 2022. De hecho, los primeros nueve meses de 2023 han sido los menos fructíferos para las tasas de natalidad de los últimos años. Si se comparan con los de 2016 -primer año del que disponemos del desglose mensual que permite comparar un periodo homogéneo hasta septiembre-, se observa una caída en el 22% en el número de nacimientos.
Sin embargo, los datos del INE también aportan una buena noticia: en 6 de las 52 provincias españolas están naciendo más personas que el año pasado. Es sobre Madrid (+663), Valencia (+156), Huesca (+123), Guipúzcoa (+87), Salamanca (+53) y Badajoz (+45). El que registra peores datos es Barcelonacon 970 menos que en los primeros nueve meses de 2022.
Según explica a EL MUNDO Marta SeizPara el catedrático del Departamento de Sociología de la UNED, hay dos motivos principales que están provocando este descenso de la natalidad. Por un lado, cada vez hay menos mujeres que se encuentran en una edad propicia para la fecundación, un factor asociado al envejecimiento de la población que también vive España. Por otro lado, aparece un componente sociocultural. Tenemos condiciones estructurales que hacen muy difícil tener hijos en las edades que, desde el punto de vista biológico, serían más favorables para ello, explica Seiz. Las dificultades que experimentan los jóvenes a la hora de acceder a un empleo estable, a una vivienda o a una posición de seguridad económica, requisito necesario para poder cubrir las necesidades de la crianza de los hijos, hacen que cada vez menos personas tengan hijos.
El principal desafío derivado de las bajísimas tasas de fertilidad y natalidad es la sostenibilidad a mediano y largo plazo del sistema de pensiones, pero también lo es el aumento del gasto en dependencia y el cambio en los patrones de consumo de la sociedad. Habrá que idear nuevas soluciones desde políticas públicas sostenibles e intentar que la mayoría de personas en edad de trabajar lo hagan para garantizar la sostenibilidad, afirma el experto.
Sin embargo, Seiz subraya que no hay que caer en el alarmismo: Es un escenario social y demográfico al que debemos adaptarnos en términos de políticas de empleo, pensiones y cuidados según vayan surgiendo las necesidades. Además, esta situación requerirá una reflexión cuidadosa sobre el desarrollo de políticas que puedan garantizar una vida digna para todas las generaciones en un contexto de envejecimiento, continúa.
En la misma línea se expresó recientemente Elisa Chuli, catedrática de Sociología de la UNED y directora de Estudios Sociales de Funcas, quien señaló que nada indica que los deseos de maternidad sean más débiles en España que en otros países. Más bien, parece que las mujeres (y sus parejas) en las edades en las que estos deseos se expresan en propósitos, decisiones y acciones, consideran que no cuentan con cantidades suficientes de los tres recursos necesarios para la crianza de los hijos: dinero, tiempo y esfuerzo.
Según la última encuesta de fecundidad del INE, de 2018, más de la mitad de las mujeres de 30 a 34 años no tienen hijos, pero seis de cada diez tienen el deseo de ser madres en los próximos años. Chuli señala que algunas lo conseguirán, pero otras seguirán retrasando el momento del embarazo, confiando en que, cuando se decida, el embarazo prosperará de forma natural o con la ayuda de la reproducción asistida. Muchas de estas mujeres no serán madres. El porcentaje de quienes cumplen 50 años sin hijos ha crecido en los últimos 20 años y se estima que entre 25% y un 30% de los nacidos en la segunda mitad de los años setenta quedarán sin hijos, convirtiéndose en las generaciones más infértiles de todas las nacidas desde finales del siglo XIX.
Nuevo modelo familiar
Otro de los datos que ofrece la estadística del INE publicada ayer es que en el año 2022 en España, por primera vez, el número de hijos de madres solteras -cuyo estado civil es soltero, aunque tengan pareja estable- supera al de madres casadas, algo que nunca antes había ocurrido en nuestro país. En 2012, de hecho, hubo 277.619 nacidos de matrimonio frente a 176.969 nacidos de madre soltera; mientras que este año los nacidos dentro del matrimonio son 164.189 frente a 165.062 de madres solteras.
Además de no casarse, las madres están envejeciendo. Si comparamos la edad de las que eran madres hace una década con las que lo son ahora, vemos cómo los nacimientos han disminuido en todos los grupos de edad menores de 40 años: hay un 41% menos nacimientos de mujeres entre 15 y 19 años; a 32% menos que los que tienen entre 20 y 25 años, un 35% los que tienen entre 25 y 29 años; a 36,5% menos que aquellos entre 30 y 35 años; y un veintiuno% de madres de 35 a 39 años. Sin embargo, ha crecido 22,3% el número de nacimientos de madres entre 40 y 45 años; y un 112,9% (más del doble) nacimientos de mujeres entre 45 y 49 años.
España ocupa la primera posición en porcentaje de bebés nacidos de madres de 40 años o más sobre el total de nacimientos (10,7%). Esta proporción es cercana a la de otros países del sur de Europa, como Grecia (9,7%), Italia (8,7%) y Portugal (8,4%), pero el doble que Francia (5,1%), Alemania (4,9%) o Suecia (4,6%), con datos de 2021, advirtió Funcas este año al conocer los datos de 2021. Una mirada más detallada a los datos españoles permite comprobar que el porcentaje de bebés nacidos de madres de 40 o más años respecto al total no ha dejado de aumentar desde 1993, sextuplicándose entre este año y 2021 (de 1,8% hacia 10,7%), agregaron.