El grupo de homicidios de los Mossos d’Esquadra de la región metropolitana norte detuvo el 13 de julio a una mujer de 44 años, acusada de matar a su compañera de piso en Ripollet, según ha anunciado este jueves El país así lo han confirmado fuentes policiales.
La acusada, que actualmente se encuentra en prisión preventiva, aspiraba a ser policía de la Generalitat y de hecho se preparaba en una academia y en el registro de su domicilio se encontraron los libros que estudian los aspirantes para prepararse para los exámenes. Los investigadores tardaron más de tres meses en detenerla por el crimen, que se cometió el pasado 7 de abril, en el apartamento de la víctima, con quien había mantenido una relación sentimental en el pasado y con quien convivía desde hacía un par de meses. . Los agentes, bajo la supervisión del juzgado de instrucción número 7 de Cerdanyola del Vallès, la investigan por otros delitos. En concreto, presuntos abusos a exparejas y otros episodios violentos que involucran a hombres y mujeres.
Fue la propia detenida quien alertó al 112 de la muerte de su compañera de piso y de hecho estuvo presente cuando llegaron las primeras patrullas de seguridad ciudadana y posteriormente los policías de investigación del grupo de homicidios y el científico. En un principio se planteó la posibilidad de que pudiera tratarse de un suicidio. De ahí que la oficina de comunicación de los Mossos d’Esquadra no informara inicialmente del fallecimiento, ya que por protocolo sí emiten un comunicado sobre muertes violentas, pero no sobre suicidios. En cualquier caso, una vez resuelto que no se trató de un suicidio, sino de un asesinato, no hubo información sobre la detención de la mujer, ni sobre el desarrollo de la investigación, adelantada ahora por El país.
La investigada niega su participación en el crimen, según fuentes cercanas a la defensa, que también aseguran que no tiene casos pendientes ni denuncias previas en su contra. Ella tampoco tiene antecedentes penales. “Sus comentarios fueron contradictorios”, indican fuentes del caso, sobre las diferentes ocasiones en las que fue interrogada la sospechosa, que aún no ha declarado formalmente como investigada ante el tribunal. Los Mossos d’Esquadra necesitaron más de tres meses para reunir pruebas suficientes para detenerla. Así lo hicieron el 13 de julio, y el juzgado de instrucción ordenó su ingreso en prisión preventiva, donde permanece a la espera de la evolución de la causa, que aún está abierta y en la que siguen implicados los carabineros catalanes.
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