Se acerca la recta final del año con sus fiestas y celebraciones, pero no nos engañemos: la llamada al consumo aparece apresuradamente. Hay que tener un déficit auditivo grave para no escuchar los insistentes mensajes de meter la mano en el bolsillo para comprar. La moda últimamente viene de fuera. Que si Black Friday, que si Cyber Monday y cosas así.
Los comerciantes locales dicen que perseguir estos señuelos provoca tensión y pérdida de rentabilidad, algo que las grandes superficies tienen asegurada. Pero no hay otro remedio. porque en el comercio si no hay descuentos parece que ya no se vende.
Luego está la Navidad, a solo un mes de distancia, y es obvio hacer reservas de alimentos para tratar de escapar de los disparatados precios de última hora. Como puedes ver, hay muy poco margen de fuga. Casi siempre hay una razón para consumir más y por tanto para gastar más..
Y si no existe tal razón, se inventa. Gasta lo que quieras o lo que puedas pero, como el alcohol, hazlo con moderación y responsabilidad.