Tres días por delante para volar desde el norte de la provincia de A Coruña hasta el Estrecho de Gibraltar. Para llegar a su destino tuvo que realizar nueve viajes de reabastecimiento de combustible en las gasolineras que ubicó desde el aire con su celular. Los sustos tampoco faltaron en esta aventura.
“Pasé toda la noche con el cuchillo en la mano, en la tienda, por si aparecía un lobo”
simplemente abandonar Galicia Descubrió que no veía a nadie en kilómetros, sólo montañas y ciervos, “si se estropea el paramotor igual aterrizaré, pero luego a ver cómo salgo de la montaña” fue la reflexión que hizo el andaluz que había no se hizo otra elección. una noche para pasar en la montaña. El paramotor y el parapente servían de refugio y manta.
Ha volado a una media de 50 kilómetros por hora cruzar la península de norte a sur, algo que provocó hilaridad en las gasolineras, “me dijeron cómo iba a cruzar España en ese cacharro”, y Aubert añade que al no conocer este deporte, se quedaron asombrados porque hasta hace unos años “ya era un milagro ir en coche de una punta a otra del país”.
Montañas con osos y lobos.
El peor momento se vivió en un gasolinera Cuando un conductor le preguntó de dónde venía y adónde iba, cuando le dijo que iba hacia una montaña, le advirtieron “has pasado por una zona de Osos y te vas a meter en otro Lobos“. La noche fue tensa, como nos cuenta Nico: “Pasé toda la noche con el cuchillo en la mano, en la tienda, por si aparecía un lobo, pero no venía ninguno”.