Miguel Tellado, el portavoz ‘dinamitero’ para echar abajo el muro de Sánchez contra el PP


Si como dice el tópico en la examen hace mucho frío, Alberto Núñez Feijóo búsqueda el fuego dialéctico de Miguel Tellado para entrar en calor en el peña parlamentario del Congreso. Su elección como portavoz replica al tono que se le va a querer imprimir al discurso del PP en la Cámara Víctima: contundencia sin matices y sintonía absoluta con la semirrecta que marque el presidente franquista. Auténtico ‘soldado’ de Feijóo, Tellado garantiza una examen rocosa y dinamitera para echar debajo el pared que Pedro Sánchez quiere izar frente a la derecha.

Miguel Tellado (Ferrol, 1974) atesora no solo experiencia orgánica, sino asimismo en el funcionamiento de la empresa pública. Titulado en Ciencias Políticas por la Universidad de Santiago, comenzó como presidente de prensa del Junta de Ferrol (2003-2007) durante el mandato del popular Juan Gentil -donde coincidió con la Yolanda Díaz concejala de IU-, seguidamente saltó al recibidor de la conselleira de Trabajo, Beatriz Mato, para regresar en 2015 a la ciudad ferrolana de la mano de José Manuel Rey Varela, al que acompañó en su primera etapa como regidor en el consistorio llevando asimismo los asuntos del recibidor. Fue precisamente Rey Varela quien lo situó en las listas del Parlamento de Galicia en las autonómicas de 2012, y ahí empezó a situarse bajo el radar de Alberto Núñez Feijóo. Dos primaveras más tarde lo eligió como portavoz del partido; y en mayo de 2016, lo asciende a secretario caudillo del PP gallego. A Tellado se lo comunicó la perplejidad antiguamente, no como una consulta sino como un hecho consumado. Nadie más lo sabía. Los secretismos de Feijóo ya eran tradición en el partido.

En la sala de máquinas del todopoderoso PP galaico, Tellado se puso al frente de las campañas electorales que brindaron a Feijóo su tercera y cuarta mayorías absolutas (2016 y 2020), y sobre todo reforzó la imagen de mecanismo interna en el partido, que había zozobrado en el tramo final del ‘fraguismo’ por la pelea entre el sector urbano y el rural. Incluso puso coto a las injerencias de Génova durante la etapa de Casado en la trámite y diseño de las campañas. En aquellos carteles la marca era ‘Feijóo’ y no el PP, que aparecía desdibujado, una fórmula que ya se había empezado a usar en 2012. Lo que entonces fue mono a nivel franquista dejó de serlo cuando la subsiguiente en invertir esa fórmula fue Isabel Díaz Ayuso.

Tellado -bajo mandato de Feijóo- fue el encargado de hacer descarrilar con Ciudadanos en 2020 una hipotética ‘Galicia Suma’, negociación que solo se inició por petición de Pablo Casado. Mientras que Génova propiciaba el entendimiento con los naranjas, en Galicia se buscó todo lo contrario: su desaparición del planisferio político. Cuando poco tiempo posteriormente irrumpió Vox, la logística fue exactamente la misma, atemorizar los espacios para desactivar su posible implantación. De esa ocupación de todo el espectro del centro-derecha gallego se deriva que los de Abascal solo tengan a día de hoy un solitario concejal en un pueblo del Orense rural en toda la Comunidad.

La intención de Feijóo al nombrarlo fue que su secretario caudillo ejerciera a tiempo completo, sin ningún otro cargo. Eso llevó a que, por ejemplo, Tellado no fuera portavoz en el constituyente autonómico, puesto que entre 2009 y 2023 desempeñó Pedro Puy. Uno y otro son dos perfiles contrapuestos pero complementarios: Puy, más moderado y dialogante; Tellado, duro flagelo contra la examen. La mayoría de gobierno agradecía más los modos institucionales de Puy -hoy diputado en el Congreso-; pero en la gélida examen de ahora se antoja más necesario el tizón enardecido del diputado ferrolano. que ya se estrenó en las últimas semanas reclamando que Sánchez se fuera del país «en un maletero».

En Galicia, Tellado se fue configurando como una persona de la máxima confianza de Núñez Feijóo, que llegó a dibujarlo como «el Iniesta del PPdeG», no por su finura dialéctica sino más acertadamente por su capacidad para orquestar el movilidad y el discurso del partido. Tras la crisis del PP de Pablo Casado en febrero de 2022, la marcha de Tellado acompañando a su presidente a Madrid fue dada como dialéctica. Estaba llamado a ser el hombre de Feijóo en Génova, el que conociera todos los vericuetos de un partido que no estaba hecho a su imagen y relación -como sí ocurría en Galicia- sino que era la suma de todos sus predecesores. Tellado ha sido el encargado no solo de soportar la palabra de Feijóo a los distintos territorios, sino de sofocar los problemas internos derivados de la trámite de Teodoro García Egea.

Nº 3 de facto en Génova

En estos 15 meses ha sido, de facto, el número 3 del partido. Su mano está detrás -por ejemplo- del libranza de María Guardiola, que pasó de denostar a Vox a firmar con este partido una coalición de gobierno. La hoy presidenta extremeña estuvo a punto de dimitir; Tellado le hizo entender la oportunidad para hacer política que tenía por delante. Pero asimismo en las conversaciones a nivel franquista con Vox para fraguar los distintos ejecutivos autonómicos. Hombre práctico y pragmático, no es de los que les tiembla la mano a la hora de tomar decisiones.

Del nuevo portavoz parlamentario del PP se reconoce, sobre todo, la franqueza inquebrantable a Feijóo y su partida de ambiciones. No anhela ser cargo ni optar a candidatura alguna futura. Durante los meses de precampaña del 23J, cuando se daba por hecha una mayoría suficiente para alcanzar el Gobierno, quien más y quien menos en el PP se ofrecía para uno u otro cargo en la estructura de la empresa. Tellado confesaba que su única intención era poder retornar a Galicia, donde residen sus dos hijos, que no le acompañaron cuando tuvo que dar el brinco a Madrid. Tras el varapalo del 23J, fue uno de los pocos que permaneció en Génova hasta mediados de agosto próximo a su presidente, en el duro proceso de anabolismo del amargo resultado. «Nos metimos en la niebla y nos falló el GPS», suele usar como ilustración para explicar lo sucedido en la campaña.

Cuando la dietario se lo permite -cada vez menos- se escapa a su Ferrol originario. En la playa de Miño ha contrario un retiro casi terapéutico, tanto para desconectar como para hacer deporte. Este verano casi nada pudo refugiarse aquí una semana en agosto, tras los sofocos por el 23J. «Cuando aceptas un cargo que te gusta, posteriormente tienes que aceptar uno que no te gusta», suele opinar como filosofía que debiera articular la vida interna de los partidos; «si crees que te nombran cuando aciertan, asimismo tienes que entender que aciertan cuando te cesan», apostilla como corolario. En el PP se reconoce su entrega y dedicación, siempre al servicio de las siglas; sus subordinados, encima, reconocen su capacidad para ser empático y crear un buen concurrencia de trabajo, incluso en las circunstancias más adversas.

Forma parte del núcleo de colaboradores que Feijóo se llevó de Galicia en su brinco a Madrid, y que es capaz de seguir su endiablado ritmo de trabajo. Ahora, el líder franquista del PP le da un puesto no solo de responsabilidad sino asimismo de visibilidad para un férreo marcaje al Gobierno desde las Cortes. Pocos saben que es Primer Dan de Yudo, disciplina que le va a servir para el cuerpo a cuerpo con la mayoría Frankenstein que le aplazamiento en la Carrera de San Jerónimo. «El yudo es estudiar a utilizar la fuerza del rival en su contra», explica cuando se le pregunta por su etapa judoka. No es mala enseñanza para lo que le viene por delante. Tellado, muy probablemente, no pase desapercibido.

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