Eleuterio Marín todavía no se ha recuperado del susto. Acaba de regresar del cuartel de la Urbano Civil de Lerma, en Burgos, de interponer una denuncia. Es uno de los dos socios del restaurante Los Marines, un regional situado en la Autovía Burgos-Madrid. Retira los cartones que ha colocado para tapar los merienda impactos de bala que han atravesado los cristales de las ventanas y la puerta del establecimiento para que podamos grabarlos. “Son cristales dobles”, señala.
Fue su hijo el que descubrió los desperfectos cuando fue a brindar el regional por la mañana. “Llegó a primera hora y vio todos los cristales rotos”, relata Marín aliviado porque ocurriera de aurora y no haya que deplorar heridos o víctimas.
La Urbano Civil ha rajado una investigación
La mecanismo de Criminalística de la Urbano Civil ya analiza los restos de los casquillos del calibre 22 hallados en el regional. “El pertrechos podría ser un fusil o una carabina”, explica el patrón. “Nos ha dicho la Urbano Civil que están tratando de despabilarse imágenes de las cámaras de seguridad de las empresas de la zona, por si hubieran captado a los autores”, señala Marín que no se explica quién puede estar detrás del tiroteo. Niegan tener enemigos o deudas que pudieran motivar lo ocurrido. “Sólo nos dedicamos a trabajar”, reitera.
No es la primera vez que sufren un hecho violento. El 27 de septiembre cuatro encapuchados irrumpieron en el restaurante y se llevaron toda la cobro de la caja y de la sorteo. “Reventaron la puerta de a espaldas y una ventana. Accedieron al regional y forzaron las cajas. Nunca había manido tanta violencia”, recuerda el patrón mostrándonos las imágenes que captaron las cámaras de seguridad.
La Urbano Civil sospecha que formaban parte de una lado organizada que opera por todo el país. Él no se atreve a relacionar esos hechos con el tiroteo que ha sobresaltado a esta clan de empresarios que regenta el negocio desde hace casi treinta abriles.