El peor saldo natural lo registró la ciudad, que perdió 795 vecinos. Sin requisa, comparando el descenso natural de la población con el total de habitantes de cada concello, la situación más arduo se dio en el concello valdeorrés de Larouco, donde, fallecieron 23 personas y nacieron 3. Es sostener, el crecimiento vegetativo restó 20 habitantes en un municipio que contaba con 440 vecinos el 1 de enero del año pasado. Supone una caída del 4,6% de la población, teniendo en cuenta solamente estos movimientos naturales.
Otros concellos especialmente afectados son O Necio (-35, un 4,3% menos), San Xoán de Río (-21, un 4,13% menos) o Lobeira (-30, un 3,9% menos). A salvo, según las estadísticas definitivas del INE, en tres concellos no se celebró ningún partida: A Teixeira, Vilar de Morería y A Mezquita.
Por otro banda, el municipio que más cerca se quedó de estabilizar su población natural fue Vilariño de Conso. Allí se registraron tres nacimientos y cuatro defunciones el año pasado, por lo que el crecimiento vegetativo solo hizo perder un poblador.
La problemática es más acusada en el ámbito rural, pero no es monopolio de este. La ciudad registró el referido saldo pesimista de 795 habitantes al restar 1.336 defunciones a 541 nacimientos, lo que representa una caída del 0,8% sobre su población. Las villas se encuentran en una situación similar, con Xinzo como la que más sufre. Con 50 nacimientos y 154 muertes, tuvo que restar 104 habitantes a su padrón, por lo que los vecinos decrecieron un 1,1%.
Inmigración al rescate
Lo único que evita un desplome demográfico todavía más acentuado es la inmigración, puesto que la arribada de nuevos ourensanos desde otros territorios del país y del mundo aplaca la sangría natural de la provincia. No se conocen datos de 2022, pero en 2021, la provincia ganó 2.207 habitantes gracias a la diferencia entre emigrantes e inmigrantes, tanto extranjeros como nacionales. Todo apunta a que la tendencia continúa: el INE estima que Ourense tenía 304.856 vecinos a 1 de enero de 2023, lo que supondría 576 pobladores más que un año antiguamente. Solo se explica con la arribada de habitantes desde otros puntos.
Caída de la población en los próximos diez abriles
De aquí a interiormente de diez abriles, la provincia puede perder aproximadamente de 6.000 habitantes. Por lo menos, es la previsión que maneja el INE de cara a 2033, para cuando estima 298.855 habitantes. El zaguero gimnasia para el que existe un vaticinio es 2037, cuando la provincia contará con poco más de 295.000 vecinos.
A 1 de enero de 2022, la provincia contaba con 304.280 habitantes, según las cifras oficiales de población. El mengua demográfico continúa, aunque se ralentizó en los últimos abriles gracias a la arribada de foráneos, tanto españoles como extranjeros. Prueba de ello es que el total de residentes en 2022 fue solo un 0,3% último al de 2021. Esta pérdida es mucho último a la registrada en abriles como 2014, cuando la caída llego a ser del 1,4%.
El significativo peso de los inmigrantes será todavía anciano con el paso de los abriles. El INE augura que los nacidos en el extranjero representarán el 23,3% de la población en 2037. Prácticamente, uno de cada cuatro habitantes. En 2022 solo son el 5,4%, según las cifras del mismo instituto.
A pesar del flujo de inmigración, Ourense puede cerrar el primer cuarto de siglo con 42.380 habitantes menos. En el 2000, había más de 345.000 ourensanos, mientras que en 2025 el INE prevé que existan menos de 303.000.