La toma de posesión activa el reloj para una repetición de los comicios bajo la amenaza de caer en Nochebuena, Nochevieja o el 7 de enero
Ahora el cronómetro arranca y comienza la cuenta atrás para que necesariamente se dé uno de estos dos escenarios: O el Congreso elige un Primer Ministro o habrá una repetición de las elecciones. Y, ante esta segunda posibilidad, se plantea una nueva derivada: si la nueva convocatoria coincide o no con Nochebuena, Nochevieja o el día después de Reyes.
Para evitar el riesgo de que estas hipotéticas elecciones, con su campaña previa de ocho días, se celebren en plena Navidad, la opción más inmediata sería convocar el pleno de investidura de Alberto Nez Feijo para los días 30 y 31 de agosto. Pero ese camino parece ahora remoto después de que el líder del PP haya anunciado su intención de iniciar sus contactos con los grupos parlamentarios a partir de la próxima semana y haya afirmado que necesita tiempo. Ambas cosas son incompatibles con la celebración de un debate el miércoles y el jueves.
En cualquier caso, tomando como referencia estas dos fechas para explicar el calendario, lo más rápido sería que el candidato se sometiera a la confianza de la Cámara el 31 de agosto y, de ser insuficiente, automáticamente se activaría el reloj parlamentario. Si, por el contrario, la investidura se llevara a cabo durante alguna de las tres semanas siguientes, la repetición electoral en medio de las vacaciones de Navidad Sobrevolaría el país a menos que Sánchez consiguiera repetir.
La Constitución establece que después de la primera votación fallida comienza a correr un plazo. período de dos meses (60 días) en el que, en aplicación del artículo 99, si ningún candidato ha logrado ser designado, se disuelve el Parlamento y se convocan nuevas elecciones en un plazo de 47 días -que se acorta respecto a los 54 que hay cuando Es una llamada ordinaria-. En el primer ejemplo concreto de fecha de votación, los españoles estarían llamados a las urnas el domingo 17 de diciembre.
La celeridad con la que el Rey había convocado la ronda de contactos con las distintas fuerzas políticas reforzó la idea de que la toma de posesión de Feijó podría celebrarse la próxima semana ante el riesgo de que se produjera como en las elecciones de 2015 y 2019, que acabaron repitiéndose. seis meses después. Pero, a diferencia de aquellos, ahora con la Navidad como opción real.
Este desenlace sería el más endiablado porque, con el deseo de que sean domingo, el calendario presenta el 24 o 31 de diciembre o el 7 de enero de 2024. La única manera de sortear eso, y como Feijó está reclamando tiempo para poder negociar con los grupos políticos, la única manera de salvar las fiestas estrella de la Navidad -o sus próximas fechas- sería aplazar ese debate de investidura y esa primera votación al menos cuatro semanas. Alrededor del 27 y 28 de septiembre. Pues no sólo se trata de evitar la Navidad, sino también los desplazamientos que por esos días mueven a millones de ciudadanos por España.
La fecha de investidura es algo que suele acordarse entre el candidato y la Presidencia del Congreso, aunque en este caso es Francina Armengol a quien corresponde el poder de elegir un día determinado. Los precedentes demuestran que, salvo voluntad del solicitante, han tenido hasta más de un mes para afrontar las negociaciones. Sería muy llamativo que a Feijóo se le diera ahora un plazo expreso. Máxime cuando el líder del PP ha dado un argumento sólido. Los grupos parlamentarios tienen oficialmente hasta el viernes para constituirse. Así que será el lunes cuando se pondrá en contacto con ellos para fijar fecha y hora de encuentro. Obligar a un candidato a hablar ante los grupos en horas o días supondría sin duda que ese candidato parta en una posición desigual respecto a otros candidatos que pueden tener mucho más tiempo, afirmó el líder del PP.
Por tanto, llevar la investidura a la última semana de septiembre (los días 27 y 28, por ejemplo) permitiría garantizar que las elecciones se celebrarían a partir del 14 de enero.
Una vez fijada la fecha de investidura, el primer día el candidato presenta su programa y debate con los grupos por la tarde y al día siguiente. El segundo día votas. Si no se obtiene la mayoría absoluta (176 votos), el Congreso se vuelve a reunir 48 horas después para celebrar un debate más reducido y una segunda votación donde ya conviene lograr la mayoría simple -más síes que noes-.
El plazo de dos meses para disolver las Cortes corre a partir de la primera votación. En ese momento se podrán celebrar más investiduras a petición del Rey tras nuevas rondas.