Una investigación independiente en Reino Unido ha determinado que abriles de “fallos de procedimiento sistémicos” en un hospital notorio permitieron a un electricista, que fue condenado luego por homicidio, aprovecharse sexualmente de cadáveres de mujeres y niñas a lo dilatado de 15 abriles.
David Fuller, de 65 abriles, que fue condenado a una pena de cautiverio perpetua en 2021, violó los cuerpos sin vida de más de 100 mujeres y niñas en la morgue del hospital en el que trabajaba a lo dilatado de un periodo de 15 abriles sin que nadie sospechara de sus acciones.
Cuerpos sin vida de más de 100 mujeres y niñas
La policía lo desenmascaró al encontrar fotografías y vídeos en las que documentaba sus abusos durante un registro de su vivienda en el condado inglés de East Sussex al ser investigado por su implicación en un caso de doble homicidio. Durante esa redada, los agentes hallaron 818.051 imágenes y 504 vídeos de los abusos del sujeto, que se grabó cometiendo actos de necrofilia en la morgue del hospital en el que trabajaba.
Según recuerdan los medios locales, Fuller golpeó y estranguló a dos mujeres hasta la asesinato: a Wendy Knell, de 25 abriles, y Caroline Pierce, de 20, ayer de aprovecharse sexualmente de ambas en dos agresiones separadas cometidas en 1987. Sin bloqueo, no fue arrestado hasta el 3 de diciembre de 2020, cuando nuevos examen de pruebas de ADN permitieron identificar a un emparentado en la saco franquista de datos y conseguir hasta Fuller.
Foto de archivo de una morgue
Al hallarse las fotografías y vídeos, el Gobierno britano ordenó poner en marcha una investigación para esclarecer cómo Fuller pudo cometer los delitos durante tanto tiempo sin instituir sospechas. Esta determinó que “fallos de administración, de regulación, fallos a la hora de seguir políticas estándares y procedimientos, unido con una persistente error de curiosidad contribuyeron a la creación de un entorno en el que pudo delinquir, y hacerlo durante 15 abriles sin que nunca se sospechara de él o se le atrapara”.
La pesquisa indicó que los responsables de dirigir el centro deberían “reflexionar seriamente y cuidadosamente acerca de su responsabilidad por la cariño y las deficiencias” identificadas, según indicó ayer Jonathan Michael, responsable de la investigación.
Entró 444 veces y pasó inadvertido
Se perdieron oportunidades para cuestionar las prácticas laborales de Fuller, según la pesquisa, como que trabajara más horas de las estipuladas en su convenio de modo rutinaria o que llevara a lado tareas no requeridas en la morgue. Michael indicó que Fuller “entró en la morgue 444 veces en un solo año y esto pasó inadvertido y no se revisó”.
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