El 30 de noviembre de 2020, en plena pandemia del Covid, el Hospital Universitario de Toledo (HUT) abrió sus puertas, tras 15 abriles de obras rodeadas de polémicas y paralizaciones, para atender a su primer paciente. Fue María Ortega, una fresco que asistía a una consulta del servicio de Rehabilitación, la primera rama que se trasladó a esta infraestructura sanitaria de 6.400 metros cuadrados, cuatro veces maduro que el antiguo hospital Virginal de la Salubridad.
Según los datos recogidos en el servicio de Admisión y Documentación Clínica del Enrevesado Hospitalario Universitario de Toledo, en el HUT se han atendido durante estos tres últimos abriles, cerca de 975.000 consultas, 305.000 Urgencias, más de 5.000 partos y 27.000 intervenciones quirúrgicas. El centro váter cuenta con 180 locales de consultas y 70 gabinetes de exploración.
Tras el servicio de Rehabilitación, Medicina Interna fue el ulterior en mudarse al HUT. Le siguieron Reumatología, Endocrino, Pre narcosis y Hospital de Día. Un traslado paulatino de especialidades que culminó el 4 de diciembre de 2021 con la mudanza del servicio de Emergencia, al que se han sumado nuevos servicios: Oncología Radioterápica, Medicina Nuclear y Radiofísica y Protección Radiológica.
El nuevo Hospital Universitario de Toledo está considerado el maduro de Europa, y la obra sanitaria más importante en la historia de Castilla-La Mancha, tanto por su valía arquitectónico como por su configuración como centro hospitalario de adhesión capacidad. Tiene capacidad para atender a una población de más de 434.000 habitantes de los 116 municipios de la provincia de Toledo, que tendrán este hospital como centro de narración.
Dispone de 853 camas, 250 locales de consultas externas y gabinetes de exploración y 25 quirófanos, entre otras instalaciones; por otra parte de contar con un helipuerto y más de 1.800 plazas de aparcamiento.