Los Mossos estrenan una jaula para desalojar a los okupas de la Bonanova


Es la primera vez que la usan. Una cárcel que idearon agentes de la Tropa Móvil, antidisturbios de los Mossos, para guarecerse frente a eventuales lanzamientos en dispositivos problemáticos. Este jueves la han estrenado durante el desalojo de las casas okupadas de la Bonanova, ‘El Kubo’ y ‘La Ruïna’. El despliegue policial comenzó la pasada incertidumbre. Casi 300 agentes para cumplir la orden legislativo que fijó la expulsión de los okupas. La idea de construir una estructura metálica surgió al valorar que los antisistema podían tratar de eludir la bono policial arrojando objetos contundentes contra los agentes, como una piedra de gran tamaño. «Un impacto que el escudo no pudiese soportar», explican fuentes policiales. Así, construyeron ellos mismos el artilugio, con un techo reforzado y tres de las paredes cubiertas con un enrejado. La cuarta, abierta.

El techo de la cárcel ha servido, efectivamente, como parapeto, ya que ha ido acumulando algunos de los escombros de obra que los okupas han audaz contra los policías, cuando éstos, pasadas las ocho de la mañana, han conseguido ceder a los dos inmuebles. La concierto de los Mossos se ha alargado durante unas cinco horas. Han sido blanco de pintura, perdigones, y un saldo que, en principio, temían que pudiese ser inflamable. «Con el uso de pirotecnia, y alguno de los agentes empapado, podía haberse producido una desgracia, aunque hubiese sido sin querer», ha precisado al culminar el desalojo la comisaria Montse Estruch. Por ese motivo, para corroborar el origen de la sustancia, hasta el circunstancia se han desplazado efectivos del Tedax que, finalmente, han corroborado que no era inflamable.

El vaivén del dispositivo ha sido de siete detenidos. Seis hombres y una mujer, todos mayores de existencia. Están acusados de desobediencia y atentado contra la autoridad. Tres de ellos se habían encaramado al techo de ‘La Ruïna’ y han sido los bomberos los encargados de bajarlos con una brazo. En ‘El Kubo’, la chica se ha colgado de la figura, y la mecanismo de montaña de la Policía catalana la ha bajado a tierra. En ese mismo edificio han desalojado a otros dos individuos. El restante ha sido el que ha colocado una bandera negra en la chola, cuando los Mossos ya habían conseguido entrar.

Frente a las dudas de posibles afectaciones estructurales, y por la gran cantidad de material colocado para dificultar el entrada a los policías, el desalojo ha transcurrido cachazudo, aunque los mandos del Cuerpo esperaban que se alargase aún más, según ha agudo Estruch. Siquiera contaban con tan pocas personas en su interior, ya que el pasado mayo, cuando Desokupa amenazó con desalojar los dos edificios, los agentes contaron más de un centenar de ocupantes. Siquiera se ha producido ningún altercado durante la marcha que ha partido a las 5.30 desde avenida Vallcarca, convocada por los antisistema para impedir el desahucio.

Llevaban meses anunciando la convocatoria, pero este jueves, tras ascender a la plaza, en un repaso que se ha alargado escasamente veite minutos, han desaparecido sin causar altercados. Esta tarde, a las 19.00, han convocado una nueva protesta en la plaza Alfonso Comín Los Mossos siguen blindando la Bonanova, y efectivos de seguridad privada harán lo propio con los dos inmuebles para evitar una nueva okupación.

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