Ingresó sobre las 2:30 horas, y le hicieron varias analíticas, le inyectaron corticoides, antiinflamatorios y antibiótico, y sin conseguir aliviarle el dolor, le dijeron que era un brote de la colitis ulcerosa que padece.
A posteriori de insistir mucho, y tras varias horas, le hicieron una ecografía y le comunicaron que sufría apendicitis y tenían que operarlo, pero que tenía que esperar porque los quirófanos estaban llenos. “A las 17:00 horas aparece la cirujana para valorar mi caso y me explica que los quirófanos están abarrotados, que hay muchos pacientes en los pasillos que necesitan intervención rápida”, asegura.
Denuncia que esa oscuridad el servicio de Urgencias estaba colapsado “el pasillo estaba colapsado de pacientes y no había casi ningún váter. Otra paciente tuvo que ayudarme para ir al baño”.
Tuvo que irse a otro hospital por sus propios medios
Finalmente a las 18:00 horas le dieron el suscripción y lo derivaron a un hospital privado para ser intervenido. “El colmo fue que me dijeron que tenía que ir por mis propios medios, ya que las ambulancias estaban saturadas y el promedio de calma era de 6 horas”, afirma Cristian y asegura que los trabajadores le dijeron en la puerta que están “con servicios mínimos”.
Su hermana, que acudió adyacente a su padre a buscarlo, presentó una exigencia en el servicio de Atención al Paciente. Cristian se trasladó en taxi al hospital privado donde fue intervenido a las 21.00 horas y al día ulterior pudo regresar a su casa. Considera que la concurrencia que recibió en el Hospital Insular fue “nefasta” y asegura que no dudará en presentar una denuncia en presencia de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias cuando se recupere. “Estoy indignado y frustrado”, lamenta el verde.
Desde el Hospital Insular manifiestan que no consta que en los últimos días se hayan producido incidencias en el funcionamiento de los vehículos.