«Lamentamos decepcionarte, pero es agua»


Durante los últimos abriles ha circulado por redes sociales una teoría conspiranoica sobre la existencia de aviones que fumigan para que no llueva. Una falsa creencia basada en la aparición en el firmamento de estelas de condensación, conocidas como chemstrails que, a diferencia de los que secundan el bulo desmentido por los meteorólogos, nace de la interacción de los gases que expulsan los vehículos con los de la ámbito.

Sin secuestro, delante la insistencia de los que creen que los gobiernos crean de modo industrial las chemtrails para fumigar, anestesiar y controlar la población, la Agencia Estatal de Meteorología utiliza sus redes sociales para divulgar el motivo verdadero de las citadas estelas o nubes de hielo, descritas incluso desde 1953 en el primer boletín de la Sociedad Meteorológica Saco.

En este caso, Aemet Comunidad Valenciana recibió la pregunta de una usuaria de X -antes Twitter- sobre si serían «tan amables» de afirmar «qué están haciendo y echando esos aviones». «Estamos hasta las arrojo de ver día sí y día incluso fumigar los cielos. Y no habléis de hielo en suspensión, que no hay quien se trague eso a no ser que seas un descerebrado», asevera esta mujer indignada tras compartir las imágenes de unas chemtrails en Alicante.

El CM de Aemet, ni corto ni perezoso, le contesta con un mensaje de tan sólo doce palabras pero con un zasca que ya ha sido reaccionado con 5.000 likes y más de 557.000 reproducciones. «Hola, Susana, lamentamos decepcionarte, pero es agua. Más información en este documento», reza el tuit que ha provocado un rosario de aplausos entre sus seguidores.

En el enlace aportado por la Agencia Estatal de Meteorología, se explica que las estelas de condensación son nubes de hielo, en forma de largas líneas, que surgen a veces al paso de un avión por condensación del vapor de agua contenido en las emisiones de los motores. «A veces incluso se forman otro tipo de estelas en la punta de las alas, por condensación del vapor atmosférico a causa de la declinación de presión y temperatura que se produce al paso del avión, pero estas últimas suelen ocurrir en el despegue y el aterrizaje, no durante el planeo en niveles altos, y duran mucho menos», puntualiza.

Cómo se forman

Explica Aemet que los motores de los aviones emiten vapor de agua, dióxido de carbono (CO2), pequeñas cantidades de óxidos de ázoe (NOx), hidrocarburos, monóxido de carbono, gases de azufre y partículas de hollín y metal, siendo el vapor de agua es lo único relevante para la formación de estelas.

Para ello, son necesarias unas condiciones de temperatura y humedad determinadas, que permitan que se produzca la condensación del vapor de agua emitido por los motores. En concreto, los gases de azufre ayudan porque facilitan la formación de pequeñas partículas que actúan como núcleos de condensación.

«Cuando los gases que emite el avión se mezclan con el melodía circundante, se enfrían rápidamente y, si la humedad en la ámbito es suficiente para que la mezcla envergadura la saturación, se producirá la condensación del vapor de agua. El nivel de humedad de la mezcla, es afirmar, el que se llegue a la saturación o no, dependerá de la temperatura y humedad del melodía, así como de la cantidad de vapor de agua y la temperatura de las emisiones del avión», describe.

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