Hasta siete cuevas entrelazadas han aparecido en las obras de accesibilidad que se están llevando a punta en la Sierra de los Molinos, en Campo de Criptana, mostrando lo que era una típica vivienda de las que todavía quedan en el judería del Albaicín. Algunas de ellas incluso siguen habitadas.
Las viviendas se ocuparon en la segunda medio del siglo XIX, cuando hubo unas primeras edificaciones excavadas en la roca. Estas cuevas se iban ampliando conforme crecía la grupo y, en muchas ocasiones, había varias habitaciones. Con el paso del tiempo, en los primaveras 50 y 60 del siglo XX, quedaron en desuso y se construyeron nuevas viviendas en lo que era inicialmente el patio. Las cuevas, mientras, se fueron cerrando, anegándolas de cascotes y siendo tapiadas.
«Creo que es un descubrimiento muy interesante que redunda en lo que es nuestra historia y nuestras raíces», ha señalado el corregidor, Santiago Lázaro, en una nota de prensa difundida por el Junta.
La casa descubierta muestra las diferentes habitaciones que formaban la vivienda, desde la cueva donde estaban los animales, la cocina, lo que serían los dormitorios y además otra parte además destinada a los animales en la parte extranjero.
Se tráfico de un hallazgo «muy interesante», que se encuentra en lo que será el patio del mirador y que estará rodeado por una pasarela que va a permitir la audiencia de una estampa impresionante: los molinos, la explanada manchega, el Cerro de la Paz y la iglesia parroquial, por otra parte de la portada de las cuevas recientemente recuperadas.