“No somos números, somos personas”



Los siniestros viales representan la principal causa de fallecimiento o discapacidad, tras sufrir traumatismos no mortales, entre aquellos que aún no han rebasado los 35 abriles. Todas ellas, tragedias que lo descolocan todo de repente.  Sin  previo aviso. 

A esta existencia hay que sumar otra preocupación: 2023 tuvo un elevado número de víctimas, que hacía tiempo no se producían. “Un mal año”, admite el presidente provincial de Tráfico, David Llorente.  Ya son 19 los fallecidos aunque queda uno de los meses más complicado del año, adecuado al elevado número de desplazamientos de la Navidad. Por otra parte, hubo 87 heridos de gravitación (requieren hospitalización) y 370 leves (precisan atención en Urgencias, pero no quedan ingresados). Veintitrés de las víctimas (cuatro fallecidos -el 21%- y 19 heridos graves -22%-) tienen menos de 35 abriles. En 2022, solo uno de los muertos estaba en esa franja de antigüedad y 11 heridos graves. Las autoridades con competencias en materia de tráfico advierten cierta laxitud con el trinque, las drogas entre los  conductores menos veteranos. En cinco de los siniestros mortales fueron determinantes.

Por otra parte, según apunta el teniente de la Control Civil de Tráfico, Juan Carlos Nogueiras, tras la pandemia, “se produjo una cierta laxitud en el cumplimiento de las normas”.

Las carreteras dejan víctimas directas e indirectas, familias y amigos. Todas ellas con una historia dolorosa detrás. “No somos número, sino personas”, señalan de forma concorde los testimonios recabados por este gaceta, padres, hijos, nietos o sobrinos de fallecidos o lesionados. Tienen nombres y apellidos y claman por una viejo empatía social para entender su soledad así como más mano dura con los delincuentes viales que olvidan que “un coche es una máquina de matar”.

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