La confesión más dura de un padre a su hija en su lecho de muerte: “¡Oh Dios mío!”



Ni se llamaba Thomas Randele ni llevaba la vida que todos creían, pero decidió contar su secreto puntual antaño de sucumbir. Theodore Conrad, así se llamaba en sinceridad, enfermó de cáncer de pulmón y quiso confesarse en presencia de su hija en su álveo de crimen.

Ashley Randele, la hija, en absoluto esperaba la confesión de la que iba a ser declarante. Su padre, Theodore Conrad, se sinceró. Era un fugitivo buscado por las autoridades de Estados Unidos durante más de cinco décadas.

Siquiera se llamaba Thomas Randele, sino que era la falsa identidad que utilizaba su padre desde que robó 215.000 dólares en un porción de Ohio, EEUU, cuando tenía 20 abriles. Había mantenido ese nombre ficticio durante más de 50 abriles.

Su hija no se lo podía creer. Su padre le pidió que no buscase información sobre él, pero fue fatal y esa misma perplejidad buscó en internet la verdadera identidad de su progenitor.

“Estaba sola en la habitación de mi infancia y busqué en ‘Google’ ‘Ted Conrad desaparecido’, y lo primero que apareció fue poco así como ‘Cajero roba porción’. Yo estaba como, ‘Oh Altísimo mío, este es mi padre‘, ha obligado la mujer a la dependencia ‘CNN’.

Ashley Randele continuó buscando información y encontró numerosos artículos sobre su padre, un descuidero de bancos profesional que a posteriori de cambiar de identidad quiso tolerar una vida ordinario haciéndose comerciante de coches y participante profesional de golf.

Ashley decidió contarle a su raíz lo sucedido: “Estaba leyendo los artículos en Internet y no paraba de aseverar: ‘¡Altísimo mío! Altísimo mío!’, durante unos 10 minutos… Le conocía desde hacía más de 40 abriles, y enterarse de este enorme secreto… No puedo imaginar lo traumatizante que fue para ella”

Su tribu empezó a entender todo

A pesar de no poseer sospechado falta durante 50 abriles, al enterarse de la anuncio, tanto la hija como la mujer de Conrad comenzaron a atar cabos. Entendieron por qué siempre se dejaba barba y llevaba cachucha cuando siempre le había gustado ir rapado.

Adicionalmente, aseguran que siempre se negaba a desplazarse fuera de Estados Unidos. “Decía que había muchas cosas interesantes aquí y no necesitaba salir del país”, reconoce su hija a la ‘CNN’.

Murió dos meses a posteriori

La tribu de Conrad decidió no contar falta a la Policía mientras él se debatía entre la vida y la crimen. “Te queremos mucho y descubrir esto no cambia que te amamos”, reconocen haberle dicho al enterarse de la anuncio. Pero sí necesitaban platicar de ello y obtener más información.

Theodore Conrad murió dos meses a posteriori de su confesión y tanto su hija como su mujer acordaron esperar un año para venir a las autoridades, pero los agentes se adelantaron. La Policía se presentó en su casa a posteriori de que la investigación condujera hasta él.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *