Ayuso y el Gobierno chocan y exhiben un desencuentro total con la Constitución de fondo


Madrid no parece estar para muchas fiestas políticas, frente a la tensión creciente que se respira en el país por las cesiones de Pedro Sánchez a los separatistas y las negociaciones clandestinas sobre el futuro de España. Al menos en esta comunidad autónoma se celebra el aniversario de la Constitución, poco que, como ha recordado la presidenta Ayuso, en otras regiones como el País Vasco o Cataluña no se hace. Pero si se convoca un acto político festivo como este en estas circunstancias, la reunión puede arruinar mal, o al menos peor de como empezó. Y es lo que ocurrió ayer en la Actual Casa de Correos. El delegado del Gobierno llegó con ganas de polémica y la presidenta madrileña no se quedó antes. El resultado fue un choque exterior que dejó a la instinto de todo el mundo un desencuentro institucional que parece insalvable, con la Constitución como refrendador.

El medio ambiente ya estaba caldeado desde la semana previo, cuando Ayuso dejó ver su malestar porque el Gobierno evitó invitarla a la inauguración del AVE Madrid-Asturias, y su equipo advirtió de que habría «consecuencias». La primera, según explicaron, sería no invitar a ministros a los actos autonómicos. Ayuso decidió cambiar el formato de la celebración del Día de la Constitución, que hasta ahora se organizaba de forma conjunta entre la Comunidad y la Delegación del Gobierno. Se ideó un acto libre a la sociedad civil, y se diluyó el discurso del representante del Gobierno. Tomaron la palabra Elisa Lapastora, una muchacho de la misma coexistentes que la Princesa Leonor, el delegado del Ejecutor, la jurista Consuelo Madrigal con una disciplina ejemplar sobre la Constitución y, por postrer, la presidenta Ayuso. Este nuevo formato, según fuentes de la Comunidad, llega para quedarse y está previsto que el próximo año se extienda aún más a la sociedad civil… sin que el Gobierno participe en la ordenamiento.

El mueca serio del delegado del Gobierno, Francisco Martín, ya indicaba que se avecinaba tormenta acordado antaño de nacer el acto ayer. En cuanto tomó la palabra hizo ver su malestar hasta por el tiempo que se había establecido para su intervención, y que le pareció muy poco: «Presidenta, muchas gracias por invitarme a participar en este acto de nuevo cuño, con este renovado formato que usted ha diseñado. De aquí en delante intentaré ceñirme a los 7 minutos de los que, tal y como nos ha trasladado su equipo, dispongo».

No evitó el mensaje correspondiente por el corte de la renovación del Consejo Militar del Poder Legislativo (CGPJ), del que ayer se cumplían cinco abriles justos. Y culpó al PP de la errata de acuerdo. «Hoy la Constitución se cumple íntegramente en toda España, hoy sí, pero con una excepción», señaló. «Precisamente hoy se cumplen cinco abriles desde que debiera haberse renovado el entraña de gobierno del poder contencioso, tal y como mandata la Constitución», recordó. Martín criticó la «deslealtad institucional de algunos actores» y mostró su confianza en que «los grupos políticos harán todos los esfuerzos hasta conservarse a un acuerdo para la renovación del Consejo, para materializar así esa defensa de la Constitución que tanto se dice sobrellevar por bandera, igualmente la de su artículo 122». Dio a entender así una posible reforma que permita la renovación sin el PP.

Puso más tareas al Gobierno de Ayuso: en la lucha contra la violencia de naturaleza y en otros «retos» que, a su motivo, tienen un distinto acento madrileño, «como el difícil golpe a la vivienda o la suscripción desigualdad económica y social».

«No quiero olvidarme de una dolorosa y ocultada efectividad. Miles de personas se encuentran marginadas y privadas de las condiciones básicas para una vida digna en la Comunidad de Madrid. El caso más extremo está en la Cañada Actual», advirtió el delegado. «Es inasumible que en una región como Madrid miles de familias vivan en el longevo poblado chabolista de Europa». Y volvió a poner deberes: «No hay excusas para durar mucho tiempo más la firma del protocolo de Realojos».

Aprovechó para alinearse con la posición de Sánchez sobre Israel y Palestina y acabó con una reivindicación del «respeto y la convivencia», con una crítica directa a quienes se manifiestan en las calles estos días contra Sánchez y la remisión: «Frente a algunos cantos de sirena que lamentablemente hemos escuchado en las calles, reivindico una defensa auténtica de la Constitución». Lanzó dos pullas más al Gobierno de Ayuso: «Defender la Constitución es no dar ni un paso antes en los derechos ganados y en los servicios públicos construidos para todas y todos. Defender la constitución es no dejar a nadie antes y pelear por una sociedad más igualitaria en la región con la longevo desigualdad económica».

El leyenda electoral del PSOE

«La imparcialidad social, presidenta… ¡es defensa de la Constitución!», exclamó. El delegado tuvo un reproche más para Ayuso: los madrileños, dijo, están cansados de «polémicas artificiales». Posteriormente de la sucesión de ataques al Gobierno de Madrid, expresó su «firme voluntad de recuperar unas relaciones institucionales cordiales y colaborativas». «Retomemos la ordenamiento conjunta de este importante acto institucional», dijo. Y acabó recitando el leyenda electoral del PSOE: «Porque España avanza. Porque Madrid avanza. Juntas y juntos, continuemos avanzando».

Hubo muchos más rumores que aplausos cuando el delegado acabó su discurso. El turno de Consuelo Madrigal dio un respiro a la tensión. La jurista subrayó que «solo la ejemplaridad pública puede romper el círculo vicioso entre el interés personal y la influencia partidista, por eso es importante la décimo de la ciudadanía». Y observó que no es necesaria la reforma de la Constitución, sino su cumplimiento.

«Españoles de aceptablemente»

La intervención de Ayuso fue lo más parecido a una guerrilla de aplausos. El delegado y la izquierda en normal evitaron respaldar sus palabras. Martín mantuvo la boca cerrada cuando Ayuso pidió, al final de sus palabras: «Digan conmigo, ¡viva España! ¡Viva la Constitución! ¡Viva el Rey!»

La presidenta regional recordó que con la Constitución España abrazó la reconciliación, «contando con todos, derribando los muros que nos separaban y curando las heridas de varias generaciones enfrentadas de forma triste y dolorosa». Nuestros padres y abuelos fueron leales a su país, a su historia y a una sociedad que pedía con entusiasmo ser librado. Y desde aquí pido que no se ponga en peligro», afirmó.

Ayuso recordó que es una Constitución concebida para unir y no para separar, un pacto «en atención de la concordia y el entendimiento que nos ha permitido transitar por la senda de la convivencia». Y ahí lanzó su primer ‘mensaje’ contra Sánchez, quien en su investidura defendió la idea de erigir un tapia frente a una parte de los españoles que no piensan como él: «La Constitución derribó los muros levantados en el pasado mediante el fanatismo, enemigo de lo que somos y defendemos los ciudadanos de Madrid. Y la Constitución tiene que seguir siendo el dique de contención frente a quienes nos quiere separar».

La presidenta lamentó que España viva hoy un momento complicado. «Hoy, más que nunca, afirmamos que unos pocos no pueden destruir lo que construimos entre tantos. Lo hacemos amparados en la Ley y en el esfuerzo diario de seguir en torno a delante».

«La solidaridad entre españoles no puede cuestionarse. Somos fuertes porque remamos juntos», remarcó Ayuso. Sobre la remisión, lanzó una pregunta: «¿Se imaginan un circunscripción de la Europa vanguardia donde redactaran las leyes los que se van a beneficiar de ellas?» Y citó a Felipe González en este punto: «La remisión no es perdonar, es pedir perdón a los que cometieron los delitos».

Frente a las críticas del delegado del Gobierno a quienes se manifiestan estos días en la calle, Ayuso los llamó «españoles de aceptablemente»: «Ahora hay quienes quieren echarlo todo por tierra. Pero se están encontrando con la competición de muchos españoles de aceptablemente».

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