La Xunta insta a Sánchez a retirar el recurso contra la ley del litoral


Los servicios jurídicos de la Xunta —con apoyo forastero— trabajan con la «máxima agilidad», «volcados» en preparar la respuesta jurídica al memorial que presentó el Gobierno delante el Tribunal Constitucional de tal forma que mantiene paralizada la ley gallega del costero. Tienen menos de tres semanas por delante —otra descortesía del Ejecutor por sus dilaciones—. Al tiempo, la Xunta tiene un mensaje claro para Pedro Sánchez: que «retire» el memorial y permita a Galicia intervenir en virtud de lo que viene recogido en su Estatuto de Autonomía —ese que el Profesión para la Transición Ecológica, enrocado en el ‘no’, insiste en que ha de reformarse como condición ‘sine qua non’—. Y, así, poner fin a la «humillación» en la que ha devenido el «claro trato diferencial» que sufre Galicia en comparación con los socios de Sánchez: en este caso, el País Vasco. Porque, adicionalmente, hay confianza en San Caetano sobre las posibilidades de sus alegaciones: «Vamos a vencer».

Así lo expuso este lunes, en el pleno del Parlamento autonómico, la vicepresidenta segunda y conselleira responsable de medioambiente, Ángeles Vázquez, durante una comparecencia a petición propia al cumplirse cinco meses de la aprobación —sin votos en contra—, en la Cámara, de la citada ley, que siempre estuvo en el punto de mira de Sánchez y que, recordó, se recurrió con argumentos «políticos», no jurídicos; y tan preparada estaba la reacción que se activó tan pronto se publicó la norma en el Diario Oficial de Galicia.

Ese mismo día, este lunes, «podría ser un gran día» para la Comunidad, expresó Vázquez, si BNG y PSOE fueran de la mano con Xunta/PP y apoyaran esa petición de retirar la demanda, que previamente la número tres del gobierno gallego trasladó por carta a la igualmente vicepresidenta, pero tercera y del Gobierno, y titular de Transición Ecológica, Teresa Ribera.  Una suerte de vía paralela al trabajo «desde el primer momento» del equipo sumarial de la Xunta, que tiene de plazo hasta el 20 de diciembre para presentar alegaciones, tras el gastado bueno del Consello del 16 de noviembre; una vez se recibió el contenido del memorial, de más de 200 páginas.

La «G» de PSdeG y BNG

Una quehacer en la que reprochó que la competición los haya dejado solos: tanto el PSdeG, al que la «g» le «sobra», como un BNG que, «a este paso», va por el mismo camino, acusó. De los primeros criticó sus bandazos —apoyo de Formoso, remedio de Besteiro—, ausentes en la tramitación; y que se plieguen siempre a Sánchez para no subsistir fuera de las listas para las autonómicas, cuando «al final, no los va a elegir ni Todopoderoso», exclamó. De los segundos, que dejaran la cuestión fuera de su pacto para investir a Sánchez, de quien, apostilló, están «presos». «¡Háganse independientes [del presidente del Gobierno] de una vez, corten ese cordón umbilical que hacen que vivan y respiren por Sánchez!», clamó la vicepresidenta segunda, muy sólido en toda su intervención —no en vano, confesó estar «cabreada»—.

La vicepresidenta segunda se reconoció molesta como «gallega» por la postura del Gobierno desde 2018: empeñado en erradicar cualquier «vestigio» de presencia y actividad humanas en la costa, de «desmantelar» el costero con «ataques» constantes, como se encargó de ir repasando, hito a hito. El resultado: 4.000 edificaciones y un centenar de industrias en peligro. «Intransigencia» trufada de agravios —sí se dio la competencia a otras regiones, y otro tanto se hará con el País Vasco, pese a tener la misma redacción que Galicia en su Estatuto— que llevó a la Xunta, no por «capricho», dijo, sino por «aprieto» a impulsar su ley. Esa que el Gobierno, censuró, recurrió sin querer dialogar en ningún momento, finalmente solo en un 15%, en un adiestramiento de «orfebrería». Así las cosas, están «en mecanismo», recordó, 40.000 empleos, casi el 5% del PIB, el turismo, el saneamiento de las rías, servicios en concellos donde viven 1,5 millones de gallegos, la rehabilitación del patrimonio cultural, que se está «cayendo a migas», apeló a los grupos de la izquierda.

Estos, como era de esperar, allí de congregar el mitón de la titular de Medio Círculo, replicaron con argumentos ya oídos, desde no querer efectivamente la competencia de mandato del costero y ninguna otra, sino simplemente confrontar; a intentar arrogársela de forma particular por no enmendar el Estatuto.

La vicepresidenta segunda tuvo tiempo, antaño de subir a la tribuna de oradores, de escuchar el debate previo que suscitó el BNG con su proposición de ley, para remitir al Congreso, de traspaso de las competencias en materia de orden y mandato del costero. Ausencia demasiado sugerente, de no ser porque ya hubieran presentado exactamente la misma propuesta cinco meses detrás, poco que fue tildado de «engaño intolerable» por el Clan Popular. Como en aquella ocasión, fue rechazada, con los votos en contra del PP y renuncia del Clan Socialista. El portavoz popular, Alberto Pazos, acusó a los nacionalistas de pretender «difundir una cortina de humo para esconder el ataque al autogobierno perpetrado por PSOE y Sumar» con su connivencia. Vázquez les reprochó su «insulto a la inteligencia» de los gallegos y sentenció: «Hay que tener cara y no sonrojarse».

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