La sociedad civil ensalza lo logrado en 45 años como un billete al optimismo


Si la mesa jurídica del foro de torrevieja news today ‘Encontronazo por la Constitución’ transcurrió en un tono coincidente, aunque sumamente pesimista, el espacio reservado a las voces de la sociedad civil se desvió por cauces más simpáticos, pero sumidos en la discrepancia. El superior de ‘Opinión’ del informe, Diego S. Garrocho, citó de entrada al jurista teutónico Carl Schmitt, recogiendo el mitón de sus predecesores en el uso de la palabra, pero el tono cambió muy bruscamente.

En esta segunda mesa entraron en disputa Antonio Garrigues Walker, presidente de honor del despacho de abogados Garrigues; José Luis Blanco, director genérico del Instituto de Empresa Hogareño (IEF); Leopoldo Alcalá Rector, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad CEU San Pablo; y Antonio Fernández-Galiano, expresidente del Orden Pelotón Editorial. Jurista, patrón, purista y profesional del panorama mediático, uno a uno, parecían ordenados de longevo a pequeño en una escalera de optimismo con la situación de España.

Garrocho preguntó para romper el hielo a qué achacaban los ponentes la crisis constitucional apreciada por sus antecesores. Aunque centenares de miles de personas han saledizo a las calles, Garrigues fue el primero en tomar la palabra y restó importancia a la coyuntura coetáneo. «No creo que haya una crisis institucional. España está en un momento consumado de su calidad democrática y no tenemos derecho al pesimismo», alegó.

El jurista destacó frente a la polémica por la ley de gracia, que no salió a relucir directamente, al contrario que en la mencionado mesa, el crecimiento financiero de España, unido a, según él, una alivio de la convivencia y de la situación en Cataluña respecto a 2017, cuando los independentistas rompieron unilateralmente con la moralidad. Sí concedió, para disminuir la tensión encubierto, que es necesario que poder «no se escribe con jota». «En el sentido de que no se puede utilizar para fastidiar a los demás», agregó, levantando alguna risa cómplice.

Un punto de coincidencia

Chascarrillo lejos, los cuatro ponentes sí coincidieron, aunque luego chocaron cuando se entró en materia, en que la Constitución es hasta ahora un plan de éxito que dura ya 45 abriles. Blanco, muy centrado en el aspecto financiero en todas sus intervenciones, subrayó que la renta per cápita se ha multiplicado por seis en España desde 1978, el año que vio la luz la Carta Magna, y que el país se recupera tras el impacto social y cultural de la crisis financiera de los abriles 2007 y 2008. «Por crisis equiparables, el mundo occidental terminó en la Segunda Disputa Mundial». «No lo hemos hecho mejor que en estos 45 abriles», sentenció.

La primera nota discordante con el instalado optimismo la dio Rector Alcalá, que conminó a reflexionar sobre «la crisis de la legalidad de la democracia demócrata». «Hay que hacer todo lo posible para que la sociedad española sea consciente de que todas las mutaciones constitucionales van a tener una influencia muy sustancial», alertó, ya deslizando el aventura que fondo el contexto coetáneo en España, donde el Gobierno promueve una ley que antiguamente de las elecciones tildaba de «ilegal» e «inconstitucional».

Pdte. honor de Garrigues

Antonio Garrigues

«España está en un momento consumado y no hay ocupación al pesimismo»

Director Universal del IEF

José Luis Blanco

«No lo hemos hecho nunca mejor en estos 45 abriles»

Expdte. de Pelotón Editorial

Antonio Fdez.-Galiano

«Estoy muy preocupado. Hay un retroceso en la calidad democráctica»

Cat. Derecho Constitucional

Leopoldo Rector Alcalá

«La sociedad ha hexaedro por hecho que la Constitución estaba asentada»

Fernández-Galiano, expresidente de Pelotón Editorial, el corro mediático del informe ‘El Mundo’, fue el primero en entonar de nuevo acordes sombríos: «Estoy muy preocupado. Hay un retroceso de la calidad democrática en el mundo». El todavía patrón apunta entre los motivos la polarización y una revolución tecnológica que ha cambiado por completo la forma que tiene el ser humano de relacionarse con su entorno. En el 45º aniversario de la Carta Magna, lamentó que no se le haya rendido el culto suficiente y que ahora hay quienes la quieren modificar solos. «Yo no tengo esa preocupación», apostilló Garrigues, presto al debate.

Blanco dijo que a él le preocuparía que España estuviese inmersa en una «basculación constitucional» fruto de su propio fracaso, pero descartó que sea el caso. De nuevo, sacó los números a relucir: la Generalitat de Cataluña gestiona presupuestos superiores a los 38 millones de euros; un 30 por ciento más que la región italiana de Lombardía. «El sistema del 78 ha permitido que Cataluña tenga una mandato de bienes que no tiene precedentes».

La democracia, por segura

Rector Alcalá se hartó de tanto entusiasmo y citó entonces al filósofo y político anglosajón Stuart Mill, con aquello de que cuando no hay enemigo a la tino, el vigía duerme en el puesto. «Hemos hexaedro por sentado que la democracia era una democracia consolidada y que funcionaba», dijo, para añadir luego: «Vivimos una clase política que no está dispuesta a las transacciones porque considera el poder un fin en sí mismo. La sociedad da por hecho que la Constitución estaba asentada y que no había que defenderla».

El catedrático en Derecho Constitucional, acostumbrado a impartir clases, censuró que la nubilidad coetáneo, en su opinión, «se informa por redes sociales, solo se relaciona con amigos que piensan igual y no tiene espíritu crítico». Una crítica que hiló Fernández-Galiano con el papel de los medios de comunicación, con una sobresaliente pérdida de influencia. «Los jóvenes ya no leen periódicos», saltó Garrigues, de nuevo atento y al finta. «Los jóvenes no se esfuerzan en conocer la verdad», repuso el expresidente de Pelotón Editorial.

Todos menos Garrigues terminaron respondiendo un temor y una esperanza de los tiempos actuales, como sugirió Garrocho. Fernández-Galiano apuntó su miedo a que se rompa el consenso y su esperanza en que los españoles sean capaces de «retornar a encontrar el camino» que les unió en el 78. Blanco expresó su inquietud por una «consolidación del frentismo», pero todavía su convicción de que el país tiene todos los fundamentos necesarios para recuperar la senda perdida. ¿El temor de Rector Alcalá? «La deslegitimación de las instituciones». ¿Su esperanza? «El pueblo castellano».

El presidente de honor de Garrigues clausuró el segundo debate con un saludo al corregidor de Madrid, José Luis Martínez-Almeida –que cerró el foro organizado por torrevieja news today–, y celebrando como huella de un buen debate que los cuatro oradores, dijo, hubiesen elevado el «nivel de confusión». Con agradecimientos al informe, terminó aseverando que la Constitución es siempre un tema al que merece la pena dedicarle «todo el tiempo posible». 45 abriles luego sigue actual, en medio de un difícil decorado político.

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