Zelenski cancela su discurso ante el Congreso de EEUU por el bloqueo de la ayuda a Ucrania



“Poco ocurrió en el zaguero minuto”, es toda la explicación que se ha hexaedro sobre la suspensión del videodiscurso que Volodímir Zelenski iba a dar a los senadores estadounidenses. El objetivo del presidente ucraniano era pedir -implorar, en realidad- a los senadores republicanos que votaran a merced de un nuevo paquete de ayuda económica y marcial a Ucrania por cuantía de 61.000 millones de dólares.

El senado puede aprobar ese nuevo paquete de cooperación porque los demócratas tienen mayoría en él. Pero si se oponen los senadores republicanos luego, cuando la medida tenga que aprobarse en la otra cámara del Congreso, la Cámara de Representantes, donde son los republicanos quienes tienen mayoría, pues los congresistas republicanos se opondrán y no se alcanzará la necesaria aprobación de ambas cámaras.

Los republicanos nunca han sentido un exceso de solidaridad con Zelenski. La mayoría han votado a merced de los ya 111.000 millones de dólares con que Estados Unidos ha ayudado marcial, económica y humanitariamente al gobierno ucraniano a defenderse de Rusia.

Pero en instinto de la descuido de progreso en la erradicación dan a entender claramente que tal vez sería mejor despabilarse otra logística. Es sostener, instar a Ucrania a negociar con Rusia aunque sea a costa de perder parte de su país y sentar un precedente en Europa. Adicionalmente, y este es el punto más importante, los republicanos ahora tienen mayoría en la Cámara de Representantes. La ganaron en las elecciones al Congreso hace un año. Por consiguiente, esta es la primera vez en que la ayuda marcial depende directamente de sus votos. Y exigen condiciones -porque es lo que les han prometido y esperan sus votantes.

Determinado tendrá que dar el valedor a torcer

La condición de los demócratas es que Joe Biden cambie la política de inmigración en Estados Unidos y refuerce la frontera con México. O sea, nadie que tenga que ver con Ucrania. Lo que piden es que endurezcan las condiciones para solicitar orfanato en Estados Unidos y que se militarice la frontera. En la experiencia, que Biden tenga la política de inmigración que tendría Trump. Por ahora Biden dice que no. Pero cualquiera tendrá que dar el valedor a torcer.

La carta de Biden es que la ayuda a Ucrania la incluye en un paquete de ayuda anciano que incluye asimismo la cooperación a Israel. Y, de ese modo, sufragar no a Ucrania equivale a sufragar no asimismo a Israel. El problema es que Ucrania necesita ayuda anciano y más rápido que Israel. La carta de los republicanos es que la cuestión de la ayuda a Ucrania tiene que resolverse en teoría antiguamente del 31 de diciembre, que es cuando se acaba la ayuda contemporáneo. En otras palabras, a la Casa Blanca este asunto le corre mucha prisa.

Lo regular es que se encuentre una alternativa a medio camino: ni tanto metálico para Ucrania, ni tanta militarización de la frontera. Pero una cuestión sí es segura: la ayuda a Ucrania por parte de Estados Unidos ha dejado de ser una certeza a desprendido plazo. Eso lo sabe Putin y es obvio que le anima a resistir unos meses más y quizá continuar la erradicación en una posición de mucha anciano fuerza. Y lo sabe asimismo Zelenski, que por el momento intenta no tener que aceptar la verdad de que ahora tiene en el mundo amigos menos generosos.

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