Sobre la segunda estación del AVE en Toledo en la línea Madrid-Portugal


Ha vuelto el debate sobre la columna férrea de suscripción velocidad Madrid-Extremadura-Portugal, que, no lo olvidemos, será la misma que una Toledo con Talavera de la Reina, ciudades que -sorprendentemente- nunca tuvieron comunicación ferroviaria de pasajeros pese a que el tren llegó a la primera en 1858 y a la segunda en 1876.

Recordemos: A comienzos de 2021 las autoridades locales de Toledo dejaron de respaldar el plan de 2017 de que la histórica época terminal del paseo de la Rosa se convirtiese en época pasante para acoger los trenes de dicha futura columna. Los posibles problemas a la hora de redimir el Tajo, solucionables con varias opciones técnicas (viaducto, o viaducto y vía soterrada), fueron considerados inasumibles por el Concejo de entonces, y la opción más simple y económica (desviación por el rancio trazado Toledo-Bargas) ni siquiera fue estudiada. El gobierno circunscrito pasó a solicitar que se construyese una segunda época de viajeros en la periferia y que fuese igualmente para mercancías. Al que estas líneas firma, como ciudadano, legatario y querido del ferrocarril, le parece una animalada aplicar el mismo criterio para arriesgarse la ubicación de una época de mercancías que el de una época de viajeros. Evidentemente, las primeras deberán estar lo más cerca posible de los polígonos industriales. Pero los trenes de viajeros han de seguir otro criterio: Cuanto más céntricos, mejor.

Cuando se anunció la idea de comunicar Talavera con Toledo por suscripción velocidad surgieron voces ignorantes en contra. La rancia y añeja rivalidad hizo que en Talavera hubiese voces pidiendo que el AVE fuese directamente a Madrid. Felizmente se hizo caso omiso. La conexión por Toledo ahorraría al Estado ciento diez millones de euros y resolvería una injusticia histórica, la separación de las dos ciudades. Se calcula que cuando esté operativa, Talavera estará conectada con Toledo en menos de media hora y con Madrid en cincuenta y siete minutos. La nueva columna debería hallarse por usuarios y autoridades de Castilla-La Mancha no ya como poco muy puntual para quienes quieran correr a Portugal o para turistas, sino principalmente, como la necesaria vertebración entre las dos localidades. De hecho, a finales de 2020, siendo ministro J.L. Ábalos, se anunció que se pondrían en funcionamiento cuatro lanzaderas (ahora AVANT) diarias de ida y dorso entre ambas ciudades, independientemente de los trenes AVE que vengan de Madrid y continúen hasta Extremadura, o al revés. Evidentemente, para trabajadores, estudiantes o personas que se desplacen por negocios, comercio o motivos médicos la existencia de numerosos servicios diarios que las unan en veintipocos minutos y a un precio comprensible (recordemos que los AVANT son subvencionables al ser servicio sabido de media distancia) no es un fasto prescindible, sino una auténtica exigencia.

Pero la cosa cambia, y cambia mucho, si en vez de impresionar los trenes a la época contemporáneo, siguen de prolongado, continúan más allá del centro urbano y del término municipal y dejan a los viajeros en medio de la nadie. A finales de febrero de 2022 se anunció que se construiría una segunda época ¿Dónde? Ni siquiera en el polígono industrial, sino aún más acullá: próximo a la antigua época de Algodor. Así se publicó: «Allí, en la zona denominada Valdecaba Desaparecido, o sus alrededores más próximos, es donde se estudia ahora construir la parada del AVE. Y es precisamente a escasos metros donde el antiguo trazado ferroviario de mercancías desapareció en 2005 (…) Esa instalación se encuentra en el término municipal de Aranjuez. Pertenece a la comunidad de Madrid».

A otra provincia

Es proponer, que nuestras autoridades de entonces solicitaron al Estado que desviasen una infraestructura básica, poniendo la época que se supone será la segunda de Toledo en un ocasión que no sólo pertenece a otro municipio, ¡¡sino igualmente a otra provincia y comunidad autónoma!! ¿Es esto ético? Es más ¿Eran competentes para ello? La época de Toledo y la época de Algodor están separados por poco más de 20 kilómetros, 28 kilómetros si se toma la A-42. Si no hay problemas de tráfico se tardará entre diecisiete y veinticinco minutos como reducido en taxi o autobús, más el tiempo de transbordo. Si sumamos a los veinticinco minutos de la lanzadera entre Talavera y Toledo otros veinticinco más, resulta que el tiempo existente de alucinación se va, al menos, a una hora u hora y pico. Lo mismo o más de lo que se tarda actualmente por carretera. Si se construye esa segunda época próximo a Algodor, la preeminencia de la Entrada Velocidad de acortar el tiempo de alucinación a la porción dejará de existir, y con ella, Renfe perderá la rentabilidad de ofrecer a sus usuarios un medio de transporte que recorta al cincuenta por ciento el tiempo del desplazamiento. Si se va a tardar lo mismo, muchos usuarios, por no proponer todos, utilizarán el autobús interurbano, que cuesta la porción, o sus vehículos particulares, y tendremos un servicio ferroviario infrautilizado ¿de verdad quieren esto nuestras autoridades?

Tenemos un problema añadido, y es el hecho de que si se hace una época nueva para la columna de Extremadura y Portugal, la época contemporáneo quede infrautilizada y acabe cerrando. No es descartable. La contemporáneo quedaría escasa a sólo los servicios AVANT, y siquiera todos (porque los cuatro o cinco AVANT diarios de ida y dorso Talavera-Toledo-Madrid no llegarían a la época contemporáneo sino a la nueva). ¿Le es rentable a ADIF permanecer una época de suscripción velocidad para unos pocos servicios diarios, una vez se le quiten todos los AVANT que -por venir de Talavera- pasarían a la de Algodor? No se fíen de que nos digan que sí, que no nos preocupemos, que la época contemporáneo va a mantenerse. Asimismo se lo dijeron a nuestros vecinos conquenses cuando empezó a funcionar la nueva época «Fernando Zóbel». Y miren: El postrer tren a la época vieja de Cuenca (ya clausurada) circuló en julio de 2022, habiendo comenzado ya el desmantelamiento de las vías. Los terrenos por los que pasaban son muy apetecibles para los especuladores urbanísticos ¿Pasará lo mismo en Toledo?

Nos dirán que se mantendrán las dos estaciones de Entrada Velocidad, que ambas se complementan, como Atocha y Chamartín. Pero Toledo no es Madrid ¿Es económicamente sostenible que una ciudad de tan sólo ochenta mil habitantes tenga operativas dos estaciones de Entrada Velocidad?

Y en el hipotético caso de que se mantuviese la época contemporáneo ¿imaginan la enorme complicación tanto para los cientos de convecinos que se desplazan diariamente entre Madrid y Toledo, muchos por motivos laborales, como para todos los turistas que nos visitan, cuando (según el horario que sea) unos servicios AVANT salgan del centro de Toledo pero otros salgan de la nueva época, ubicada en medio de la nadie? ¿Qué van a proponer los casi siempre apresurados trabajadores y estudiantes que van y vienen diariamente a Madrid en tren, más los turistas, cuando tengan que añadir media hora en bus o automóvil al tiempo de desplazamiento desde allí hasta el centro de Toledo?

Excusas

¿Qué excusa hay para no traer la nueva columna a la época contemporáneo? Se dijo que «para proteger el paisaje evitando la construcción del viaducto». Pero actualmente el Tajo a su paso por Toledo está cruzado por numerosos puentes para automóviles cuya construcción quia fue objetada por ninguna sucursal ¿Y ahora un puente para el tren es inasumible? Son numerosos los ejemplos de bellos puentes de hierro, piedra u hormigón para el ferrocarril, que forman parte del patrimonio industrial histórico-artístico y que están perfectamente integrados con el paisaje y que incluso tienen protección como fondos de interés cultural.

Pero es que por otra parte la construcción de dicho cuestionado viaducto ni siquiera sería precisa, ya que, si el AVE Extremadura-Portugal llegase a Toledo usando la época contemporáneo, se podría hacer salir la columna para cruzar el Tajo através del trazado de la vieja vía de Toledo a Bargas y Extremadura. Esta posibilidad fue planteada en 2017 por E. Dopico Puerto, director de la revista Tren, y desarrollada en 2021 por un reputado equipo de urbanistas toledanos (De la Cal, Longobardo, López y De Juan) en su muy recomendable artículo «El AVE Toledo-Extremadura y el AG7 Fisher Space Pen» publicado en la revista digital de arte y construcción Hombre de Palo. Ventajas económicas (peculio de entre 350 y 450 millones), de prontitud para ejecutar el plan (ya que se terminaría muchísimo antiguamente). Y estéticas, ya que el tren entraría en Toledo por los bellos campos de La Sagra en vez de por una zona industrial.

Espero que nuestros políticos actuales no perpetúen el error de los mal asesorados políticos del pasado. Hay un nuevo equipo tanto en el Concejo de Toledo como en el Empleo. Rectificar es de sabios. Recapaciten y fíjense en cuál es la mejor opción para nuestra ciudad, antiguamente de que la construcción de esa segunda época de viajeros sea poco definitivo e irreparable. De lo contrario, habremos perdido, de nuevo, el tren.

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