De indigente a estafador de ancianos


Los Mossos d’Esquadra han detenido a Josep C. un hombre de 50 abriles que llegó hace 10 abriles a Arenys de Mar (Maresme) y empezó viviendo en la indigencia y ha rematado siendo procesado de estafa continuada. El detenido empezó a integrarse en el circuito de ayudas sociales del municipio y de allí a cuidar a una tribu de ancianos. Poco podían sospechar los tres abuelos que aquel afable hombretón que se había hato su confianza, acabaría detenido por robarles más de 240.000 euros y de engañarles para traicionar su casa.

Josep llegó a Arenys desde Girona, según han explicado familiares próximos, de donde se marchó dejando a su mujer y una hija, a la que no le pasaba la pensión alimenticia. Su mama, no dejó nunca de buscarlo hasta dar con él, gracias a la mediación del Defensor del Poble, que explica que su progenitora ya le advirtió que no le confiaran en él. Sus padres se desplazaron a Arenys, se alojaron en una pensión para intentar convencer a su hijo de que volviera a su casa, pero acabaron desistiendo delante la negativa del ahora procesado.

Con tribu en Girona

Según ha podido aprender torrevieja news today, Josep tenía una vida natural en Girona. Empezó trabajando como diseñador de cocinas en Vilablareix y, según contaba él mismo a sus conocidos en Arenys, había estado contratado en el sección de diseño croquis del diario El Punt. Sin requisa, por circunstancias que no han trascendido lo abandonó todo.

Una vez en la población costera del Maresme, Josep vivía en la indigencia, en una cabaña que se había construido en una zona boscosa, que compartía con un compañero. Era habitual del comedor social de los frailes Capuchinos, una comunidad que no controla la identidad de los que acuden a ingerir, a ducharse y a cobrar ropa limpia. Allí, conoció a varios voluntarios que le pusieron en contacto con el Defensor del Poble, que lo ayudó a salir de la miseria e incluso le buscó trabajo.

Vivienda en la calle Jaume Borrell de Arenys de Mar en la que el detenido alquiló un piso

Vivienda en la calle Jaume Borrell de Arenys de Mar en la que el detenido alquiló un tierra

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Josep no era un indigente al uso, era una persona instruida, muy afable, que había ayudado a mucha clan en Arenys. Gracias a estas características, pronto encontró trabajo cuidando a una tribu de tres ancianos. Empezó ayudando a ducharse al más maduro y pronto se hizo con la confianza de otro hermano y una hermana, que era la que manejaba los ahorros de la tribu.

A medida que pasaban los abriles, los ancianos se volvieron más dependientes de Josep, que les ayudaba en las tareas de la casa y les hacía la operación. Su confianza llegó a tal punto que hasta le dieron llegada a la cuenta corriente para que sacara el caudal que necesitaban para las compras domésticas. Los dos hermanos murieron y quedó sola la mujer, que estaba tutelada por una fundación. 

Seis mil euros por su vivienda

Y el cuidador se volvió imprescindible, hasta el punto de traspasar un tierra en el mismo edificio que la anciana, de la que recibía una pequeña asignación mensual. Cada mes sacaba pequeñas cantidades sin que la tribu lo percibiera, hasta sustraer un total de más de 240.000 euros, según informan los Mossos d’Esquadra.

El supuesto estafador, llegó a convencer a la tribu para que entregaran la propiedad de su tierra a una tercera persona, Ricardo P. que asimismo está siendo investigado por los Mossos, a cambio de 6.000 euros en efectivo, que los ancianos nunca llegaron a ver. Incluso les prometieron una renta vitalicia de 500 euros al mes, a modo de nuda propiedad, mientras vivieran. Sin requisa la renta mensual no llegó a materializarse ya que una cláusula en giro pequeña impidió que se pagasen.

El que ahora está acusa de estafa, Josep C. no sólo se ganó la confianza de los ancianos a los que cuidaba sino de todos los vecinos del barriada. Era habitual verle pasear de aurora con su perro y posteriormente tomar café en un bar cercano a la plaza de Flos i Calcat, muy cerca de la calle Jaume Borrell donde residía o ingerir en alguno de los restaurantes del pueblo acompañado de sus conocidos.

Sin requisa, personas relacionadas con la fundación que tutelaba a la anciana empezaron a sospechar de los manejos del hombre, que asimismo percibió la desconfianza que despertaba en algunas personas del pueblo. Al estar atrapado, llegó a afectar un intento de suicidio por el que fue ingresado en el departament de Psiquiatría del Hospital de Mataró. De allí, recibió el incorporación, pero no volvió a Arenys de Mar sino que intentó desaparecer en la gran Barcelona. Pero el destino quiso que fuera localizado por un vecino y diera el parte a la misma policía donde sus amigos habían denunciado su desaparición.

Josep no respondía a las llamadas desesperadas de sus amigos, pero fueron los Mossos quienes dieron con él. Con la información que los investigadores recopilaron, posteriormente de tildar a resolver a varios testigos, el día 14 de noviembre del detuvieron y pasó a disposición del chancillería de instrucción en funciones de patrulla de Arenys de Mar. Para contrariedad de los agentes de la policía catalana que llevaron el caso, el procesado de estafa continuada quedó en excarcelación con cargos, pese al evidente peligro de fuga que había quedado cédula durante la investigación.


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