Galicia sale de la ola de calor, ahora con la vista centrada en la sequía


Tras la ola de calor de principios de semana, durante la cual varios puntos del interior de Galicia superaron durante varios días los 40ºC, este jueves las temperaturas empezaron a dar una tregua que será aún más acusada este viernes. Los avisos por temperaturas extremas ya se han desactivado en todo el territorio —este jueves sólo permanecían en nivel amarillo el sur de Ourense y la comarca de Valdeorras—, pero la atención se centra ahora en afrontar una posible escasez de agua.

Tras unos meses de julio y agosto secos respecto a la media gallega, Augas de Galicia amplió este miércoles la alerta por escasez de agua en Pontevedra y Camariñas. En la zona de Arteixo y ría de A Coruña ya llevaba días activado. Otros concejos coruñeses como Bergondo y Betanzos ya han tomado cartas en el asunto para reducir drásticamente el consumo: han restringido el riego, cerrado fuentes y prohibido el llenado de piscinas para combatir la sequía. En el caso de Bergondo, se llevan a cabo medidas para controlar el consumo de agua en edificios e instalaciones municipales, así como para detectar pérdidas en la red municipal. Además, abogan por la concienciación ciudadana para que los vecinos de ambos municipios limiten su consumo evitando, por ejemplo, limpiar sus vehículos.

La situación, sin embargo, no es nueva: las cuencas de las rías de La Coruña y Betanzos y los sistemas de abastecimiento de Ferrolterra y A Mariña —desde el río Miño hasta Ribadeo— ya se estaban preparando para este contexto desde la segunda semana de este mes. . La Oficina Técnica del Agua Seca en Galicia decretó entonces la situación de sequía prolongada en estos territorios.

“Volveremos a la normalidad si el régimen de lluvias de principios de otoño e invierno recupera los niveles habituales para esas fechas, pero también tenemos que ser nosotros quienes afrontemos la prolongación de este estado excepcional de sequía, si fuera necesario”, explicó esta semana. , en declaraciones recogidas por EP, la alcaldesa de Bergondo, Alejandra Pérez Márquez. En meteorología intentar hacer predicciones a largo plazo sirve de poco, por lo que más vale prevenir que curar: a mediados de mes, Gonzalo Mosquera, gerente de Augas de Galicia, anunciaba que en Galicia había, para el De momento, no hay “riesgo efectivo” de desabastecimiento, pero sí que conviene “vigilar la gestión del agua” y garantizar que “no hay improvisación” con un recurso tan delicado y limitado. Y la previsión para las próximas semanas, de hecho, es que no habrá lluvias suficientes para revertir la situación en este periodo de tiempo.

El embalse de Cecebre

En Arteixo, uno de los municipios coruñeses en prealerta desde el miércoles, sacan sin embargo la parte positiva. El embalse de Cecebre es actualmente el sistema en peor situación de la zona, y de él dependen directamente otros ayuntamientos, pero desde el ayuntamiento explican a este periódico que se abastecen principalmente del río Sisalde y tomas de pozos. Sin embargo, afirman estar comprometidos con la decisión de la Xunta y han reducido los riegos públicos y el lavado de calles, apostando por un “uso responsable” del agua. El embalse de Cecebre, que por sí solo no tiene gran capacidad y abastece de agua a Betanzos o Bergondo —entre otros municipios—, ha ido disminuyendo la cantidad de agua en las últimas semanas. En concreto, más del 5% desde mediados de mes hasta alcanzar la mitad de su límite máximo. De los embalses de Coruña, sólo el de Fervenza está por debajo de la mitad de su capacidad, pero es mucho mayor que el de Cecebre (103 hm³ frente a 22 hm³). En el sur de Galicia también se ha activado la prealerta en el subsistema de Baiona, situado en el sistema de explotación del río Verdugo, Ría de Vigo y Ría de Baiona, del que se abastece el ayuntamiento de Baiona, así como el Río Lérez.

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