Han sido muchas horas de trabajo para contener las llamas
Él fuego Han conseguido contenerlo a 40 metros de la infraestructura. Han sido muchas horas de trabajo: día y noche. La incertidumbre, tanto para la AEMET como para el IAC, parecía no tener fin. El 300 tropas de extinción terrestre, entre bomberos y brigadas de la Unidad Militar de Emergencias, han podido evitar que el fuego devore las instalaciones científicos de la zona.
Aunque el incendio hasta el momento ha cesado, en el Parque Nacional del Teidela actividad científica realizada por telescopios de Izana están paralizados. Los constantes remolinos de ceniza complican el trabajo y, según el director del centro, Rafael Rebolloesto podría tardar hasta una semana volver a la normalidad. Rebolo asegura que ni la instrumentación ni la óptica han resultado dañadas por el incendio.
Para el personal del observatorio, el peor día fue el sábado pasado, cuando vieron que el frente se acercó a las instalaciones. Todo parecía inevitable: había que evacuarlos y vigilarlos a través de las cámaras.
La huella es palpable nada más avanzar por la carretera que lleva a El Teide, un paisaje sombrío en blanco y negro y con sólo unas pocas hectáreas verdes. Él fuerte olor a humo hace que sea casi insoportable permanecer en el lugar. Él fuego continúa con varios puntos calientes y con menos de 300 personas evacuadas pero, finalmente, ha sido estabilizado.