“Estoy asaz impresionado con la desproporción de precios que hay”, comenta uno de los 45.000 voluntarios de la cita olímpica. Él, al igual que el resto de voluntarios, estarán unas cinco semanas en la haber francesa y para intentar atesorar gastos quiere compartir alojamiento con más compañeros.
“La disponibilidad es muy muy devaluación y no permiten hacer reservas de más de tres semanas, desconozco el motivo”, explica Juanfer.
Los precios de los hoteles han aumentado más de un 1.500% y las habitaciones, que normalmente costarían unos 130 euros, en esas fechas rondan los 5.000 euros, lo que supone un incremento exponencial.
Por este motivo las grandes empresas de inquilinato de pisos y habitaciones piden ayuda al Gobierno francés.
“Hacer valer la voz al anciano número posible de personas para que alquilen sus casas. Y así podrán ingresar miles de euros”, indica Brian Chesky, director ejecutor de Airbnb.
Un evento multitudinario, los Juegos Olímpicos, en el que la haber francesa demora acoger a 13 millones de visitantes.