Las opciones de otorgar a los nacionalistas su propio grupo pasan por el poder de una Mesa controlada por la izquierda
El Reglamento de Congreso establece dos requisitos para que los partidos puedan tener su propio grupo: tener al menos 15 asientos o, en su defecto, un mínimo del cinco y quince por ciento de los votos en todas las circunscripciones en las que hayan presentado candidaturas o el cinco por ciento de los emitidos en el conjunto de España. Ni ERC ni Junts, con siete diputados cada uno, cumplen ninguna de estas condiciones, pero aún podrían conseguir que se les hiciera una excepción.
Según fuentes parlamentarias, el Mesa de cámara tiene la potestad de perdonarles los décimos que les faltan o incluso puede permitir la cesión de diputados de otros grupos. Para ello necesitarían que la mayoría de este órgano sea favorable a sus intereses, opción que el bloque de izquierdas está dispuesto a favorecer a cambio del apoyo de los independentistas para que consigan cinco de los nueve escaños.
En las últimas elecciones generales ERC se quedó por debajo de la barrera del 15% de los votos en Barcelona (12,3%) y en Gerona (14,7%). En el caso de Junts, esta barrera no se alcanza ni en la capital catalana (9,6%) ni en el distrito de tarragona (once%). Por tanto, las dos opciones podrían ser que hagan la vista gorda ante el porcentaje de votos que les falta o que reciban una cesión de ocho diputados cada uno.
Tener un grupo propio conlleva ventajas políticas y económicas, con una asignación fija de 30.346,72 euros al mes y un subsidio variable a razón de 1.746,16 euros mensuales para cada afiliado. Quien lo constituya tiene garantizada su presencia en todas las comisiones, en la Diputación Permanente, voz autónoma en la Junta de Portavoces y la capacidad de intervenir en los debates en igualdad de condiciones, mientras que en el Grupo Mixto los tiempos de intervención y los escaños deberán distribuirse de forma equitativa. las comisiones
Al mismo tiempo que el PSOE y Sumar intentan utilizar la vía de las concesiones parlamentarias para completar la mayoría que les falta para reeditar su coalición, en el PP no cejan en su intento de presentarse ante el Rey con 172 apoyos garantizados para tratar de alinearse con Alberto Nez Feijo hacia La Moncloa. Además de los 137 diputados de su partido, ya cuentan con el apoyo incondicional de los 33 de Vox, que ha renunciado a reclamar cargos en el Consejo de Ministros a cambio de sus votos, con el de UPN y esperan sumar a estas cuentas el único representante de Coalición Canaria, con el que han sido citados para hablar en los próximos días.
Aun así, les seguirían faltando otros cuatro escaños para la mayoría absoluta. Traducido a la aritmética parlamentaria, la única posibilidad de invertir a su candidato sería si en segunda vuelta obtuviera más síes que noes, para lo que necesitaría una abstención de otro grupo que en teoría solo tendría opciones de intentar encontrar en el PNV. -que ya ha rechazado cualquier ecuación que involucre al partido de santiago abascal– o en Juntos por Cataluña (JxCat).
El coordinador general del PP, E.el Bendodo, defendió ayer en RNE que su partido es transversal, con capacidad de pactar a derecha e izquierda y que ahora solo cierra la puerta al incumplimiento de los límites constitucionales. Preguntado si con esa premisa se sentaría a conversar con el partido de carlos puigdemont, el número tres de Génova respondió textualmente: Ellos mismos eran los que estaban fuera de la Constitución, pero de ellos también dependerá parte del resultado de la Mesa del Congreso y de la investidura. Por lo tanto, dependerá de tu actitud. Nosotros, en principio, no hemos establecido dicho contacto. Pero quiero decirles que tenemos que tener la capacidad de hablar con todos, con todos. Ahora, otra cosa es después de llegar a acuerdos con todos. Eso no. Una cosa es hablar con todos y otra cosa tragarse todo. Y ahí el PP no está dispuesto.
En el equipo de Feijo matizaron luego que, a pesar de lo que se podría inferir de esa afirmación, descartan hablar con JxCat, cuyo líder está prófugo de la Justicia, porque actualmente se encuentra fuera de los límites constitucionales.